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436 años del hato de Cabaiguán, el inicio de un camino hasta la actualidad (+ Fotos)

En 1589, el 8 de julio, el Cabildo de Santo Espíritu merceda un hato llamado Cabaiguán, a nombre de Bartolomé Jiménez, apodado El Viejo; que durante casi tres siglos fue dedicado a la cría de ganado mayor

hato
Cabaiguán mantiene su esplendor y belleza que son admiradas por todos los que transitan sus calles a diario.

Por: Hugo Crespo Crespo

Cabaiguán no tiene la categoría de villa fundada por los españoles, pero este territorio sirvió de punto de convergencia para el tránsito hacia ellas. Dígase a la villa de la Santísima Trinidad, la del Espíritu Santo o Remedios y tiene su historia temprana en cuanto al reparto de tierras. 

Según datos aportados por Rogelio Concepción Pérez, en Historia de Cabaiguán, Tomo I, la facultad de mercedar tierras no fue concedida a los Cabildos de Cuba, hasta 1574 con la publicación de las Ordenanzas de Alonso de Cáceres, donde se establecieron sanciones hasta de 200 ducados a quienes la formasen sin la debida autorización del Cabildo.

El primer documento de este tipo que se conoce en Cuba, es el de la merced de Manicaragua o Sabana de la Cabeza, otorgado por el Cabildo de Sancti Spiritus, el 12 de agosto de 1536, a favor de Fernando Gómez, el cual abonó por ella 100 ducados para obras públicas y cientos para levantar la iglesia. (Pérez, 1888, I:85) 

En la mitad inicial del siglo XVI, comenzó en la villa espirituana, el reparto de la tierra por parte de los conquistadores; este reparto primario tuvo que ver con algunas tierras para la cría extensiva de ganado, pues la actividad minera, relacionada con la búsqueda de oro, pronto llegó a su fin, al extinguirse tal metal precioso.

En las tierras alrededor de la referida villa en la segunda mitad del siglo XVI, se había generalizado la cría de ganado, presentándose ante las autoridades diferentes solicitudes de tierra. El territorio de este actual municipio, no fue una excepción.

En 1589, el 8 de julio, el Cabildo de Santo Espíritu merceda un hato llamado Cabaiguán, a nombre de Bartolomé Jiménez, apodado El Viejo; que durante casi tres siglos fue dedicado a la cría de ganado mayor.

Bartolomé Jiménez, El Viejo, fue en 1573 alcalde de Sancti Spiritus, y considerado uno de los primeros pobladores de la villa. El hecho aparece referido por el historiador Rafael Pérez Luna (1888, I: 190-193).

Anteriormente ya el corral Los Guayos era citado entre las fincas demarcadas por el Cabildo de Santo Espíritu el 30 de octubre de 1577; al igual que el anterior fue dedicado, a la cría de ganado.

Neiva, conocido también como Neyba o Neiba, fue otro hato igualmente que se encontró entre los deslindados por el Cabildo espirituano en 1577. Sin embargo, no es hasta 1667, que se conoce a algunos de sus dueños.

Santa Lucía, por ese entonces era sencillamente un hato más, pero sin ese nombre, se conocía como la hacienda Arrieros.

En el caso de Pedro Barba, se destaca una singular relación con un personaje de la época. Se sabe que Pedro Barba o Pedro de Barba, fue uno de los fundadores de la Villa de San Cristóbal de La Habana en 1515, y acompañante del Adelantado Diego Velázquez en la colonización de la Isla.

En cuanto a su relación con el territorio, esta queda aclarada, si se toma en cuenta que antes de ser alcalde de La Habana en 1519 fue vecino de Sancti Spíritus y que poseía en la jurisdicción espirituana una inmensa hacienda del mismo nombre.

Oficialmente, el Cabildo espirituano mercedó, por segunda vez este hato, debido a la pérdida de libros por los ataques piratas, el 18 de mayo de 1593, a nombre de Gonzalo de Balboa.

En relación al hato Calabazas, debe destacarse que parte de esta antigua demarcación pertenece al actual municipio de Cabaiguán; dicho lugar tuvo determinada importancia en los primeros siglos de la colonización, pues además de su actividad económica, era atravesado por el imprescindible Camino Real de San Juan de los Remedios a Santo Espíritu.

A pesar de existir en esta zona un pequeño sitio propiedad de Tiburcio Pérez de Coto en el año 1656, este hato no se reporta oficialmente hasta el 25 de septiembre de 1657, cuando el Cabildo espirituano lo entrega a favor de Gaspar de las Salas.

En el caso del corral Santa Cruz, se conoce que el mismo fue mercedado por el Cabildo espirituano en 1577, y pasó a la propiedad de María Astorga en 1619, la cual, además, poseía el vecino hato Viejo o Tuinucú. Dicho corral era atravesado por el caudaloso río que lleva el nombre de este último y limitaba al norte con el hato Cabaiguán y el corral Los Guayos, al oeste con el hato Arrieros y al este, con el ya mencionado hato Tuinucú. En el año 1697, Mateo Fernández Morera, dueño entonces de este último, obtuvo licencia para poblar de ganado el paraje denominado Cayajaca.

En el territorio cabaiguanense también existieron también los realengos, representados por Las Pozas. A pesar de que estas tierras pertenecían a la Corona, en muchos casos esto no era respetado por las autoridades territoriales.

La administración política de esas zonas estaba bajo jurisdicción del Cabildo de Santo Espíritu y generalmente los propietarios de estas haciendas eran vecinos de la mencionada villa. Coincidió que muchos de los propietarios de estas haciendas comuneras ocuparon altos cargos en esa población.

Las tierras del actual municipio de Cabaiguán se mantuvieron prácticamente ajenas a la industria azucarera en esos primeros siglos, al no tenerse noticias referentes, ni siquiera, de pequeñas fábricas de ese tipo, en la etapa que se trata, aunque presumiblemente, en algún lugar tuvieron que garantizar productos derivados de la caña para el autoconsumo.

Por su parte el tabaco, que se convirtió desde principios del siglo XVII en un importante renglón económico para la exportación, comenzó a tomar mucha fuerza en casi toda la Isla.

Se conoce que, en Santo Espíritu, hacia 1689, se repartieron tierras entre agricultores que se dedicaron al cultivo del tabaco; esto ocurrió fundamentalmente, en las tierras realengas, aunque algunos trabajaron en terrenos arrendados por los dueños de haciendas de la zona.

En Cabaiguán, se asegura que ya en 1695 se cultivaba esa planta; sin embargo, su desarrollo no tuvo el necesario despegue en esta etapa.

En pleno siglo XVIII, atravesaban la región cabaiguanense dos importantes vías. La primera de ellas conocida como Camino Real entre las villas de Santo Espíritu y San Juan de los Remedios, en el cual comenzó posteriormente a formarse el caserío de Cabaiguán; y el Camino de La Habana, que pasaba por Santa Lucía, y unía la urbe espirituana con la capital de la Isla. Por este último transitaba el correo que mensualmente realizaba dos paradas en dicho lugar, lo cual concedió una enorme importancia a Santa Lucía. 

Desde ese entonces hasta la actualidad, el territorio ha presentado diferentes modelos políticos administrativos lo que llevó a conformarse como punto poblado, caserío, partido rural de Tuinucú, municipio en 1926, perteneciente a la provincia de Las Villas y  después de 1975 a la provincia de Sancti Spiritus con nueve consejos populares en estos momentos, distribuidos en las zonas urbanas y en las rurales. 

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