La Heroína del Trabajo de la República de Cuba Juana María Blanco Santos ostenta además de esta condición, más de cuarenta medallas otorgadas por el sector azucarero, la CTC y otras organizaciones políticas
Por: Hugo Crespo Crespo
El territorio cabaiguanense, ha sido desde sus primeros tiempos tierra codiciada por productores locales y foráneos por la fertilidad de su suelo y las extensas áreas de cultivo.
A la par del hombre laborioso del campo, también la mujer se ha impuesto en el desarrollo agrícola de esta región, en la que ya son varias las féminas que ostentan altos resultados desde su labor desde el surco y el sol.
Una de ellas, es Juana María Blanco Santos, la primera heroína del trabajo de la República de Cuba en la provincia de Sancti Spíritus, quien nació en Cabaiguán, el 24 de junio de 1949, hija del matrimonio conformado por José Ramón y Ángela, del cual nacieron sus siete hermanos.
Con una situación precaria en la economía hogareña que marcara a Juana para toda la vida en sus recuerdos, su papá lograba el sustento familiar laborando como jornalero y en los oficios que podía ejercer por cortos o medianos períodos para mantener el sustento de su familia, es así como mi invitada de hoy a este espacio no pudo estudiar hasta los once años de edad.
Así con una gran dosis de sacrifico pudo comenzar en la escuela Camilo Cienfuegos sus estudios primarios, los que llevó hasta el tercer grado, por lo que muy joven contrae matrimonio y decide iniciarse en las labores del campo para apoyar a su cónyuge y la crianza de sus tres hijos.
Posteriormente apoyada por la Federación de Mujeres Cubanas y con los deseos de superación Juana logra alcanzar el sexto grado en el sistema de la Enseñanza Obrero Campesina y posteriormente el noveno, no obstante, su escasa instrucción y su innata educación le permitieron crecerse como esposa, madre, mujer y ser humano con grandes dotes para amar la tierra la que le ha dado reconocimiento y ser admirada por muchos, no solo en su suelo natal, sino en Cuba.
Juana María Blanco Santos, comenzó a laborar desde los veinte años en las áreas cañeras del otrora central azucarero Reemberto Abad Alemán Rodríguez de Guayos donde sin temor a convencionalismo y prejuicios se irguió como una fuerza más entre los hombres que allí trabajaban.
Después al concluir estas faenas, se radica en la finca La Victoria de la UBPC Guayos, donde permanece en la actualidad como su administradora con un cúmulo de éxitos reconocidos a nivel de país, por el Estado y el Gobierno cubanos.
La finca La Victoria, como su propio hogar es cuidado por Juana como la niña linda de sus ojos, al igual que los miembros que componen el colectivo de este centro donde se respira un ambiente acogedor, organización, limpieza, producciones varias y sentido de pertenencia, lo cual ha sido avalado durante varios años como Vanguardia Nacional.
Juana María, siente el clamor de la tierra agradecida y de sus trabajadores, en este sitio, quienes sobrepasan cada mes su salario por los resultados productivos alcanzados, donde se producen frutos menores, caña, granos, viandas, hortalizas, se crían aves, existe una ceba de toros, naves dedicadas a la crianza de cerdos, ganado caprino y obtención de pastas alimenticias, quesos y dulces, con lo cual apoyan el desarrollo de la zafra azucarera en la región, abastecen a los hogares materno y de ancianos del territorio y se autofinancian.
Desde 1985, el lugar comenzó a ser reconocido a nivel de país, como la mejor finca en la crianza de pollos, lo cual le valió a Juana un viaje de estímulo a la antigua Unión Soviética, reconocimientos que han llegado unos tras otros hasta que en el 2005 fecha en la que le otorgan el título de Heroína del Trabajo de la República de Cuba, primera mujer que ostenta esta condición en la provincia de Sancti Spiritus, seguida de María Elvira Dávila Viamontes, Directora de la Empresa Provincial de Flora y Fauna.
Juana María Blanco Santos, ostenta además de esta condición, más de cuarenta medallas otorgadas por el sector azucarero, la CTC, y otras organizaciones políticas, así como su presencia que se ha hecho sentir en más de cinco congresos nacionales del sector azucarero y en los de la Central de Trabajadores de Cuba.
En su pecho se han colocado las Órdenes Lázaro Peña de I y II grados, la medalla Jesús Menéndez, las Distinciones Jesús Suárez Gayol, 28 de Septiembre y 23 de Agosto, el Sello y Botón 60 Aniversario de la CTC y sello XVI Congreso de la CTC, así como Vanguardia Nacional en dieciocho ocasiones, entre otros reconocimientos.
Esta excepcional mujer, tiene el don de la sabiduría del campo, cuida y respeta a su colectivo y a la vez recibe la reciprocidad que merece por parte de sus compañeros. Franca, directa y muy afable, y con su lugar bien ganado, esta fémina curtida por el sol, conoce de las penurias de un pasado y por eso defiende el presente y trata de hacerlo mejor.
El rostro de Blanco Santos, sabe de la lluvia, el sol, tempestades, huracanes, tormentas, frío y el intenso calor que saca el sudor de los cuerpos cuando se deja en el lugar cumplido un objetivo que engrandece la obra humana.
Hoy a sus 76 años, Juana constituye uno de los símbolos más fehacientes de la mujer rural cubana, heredera esas que un día decidieron aportar su fuerza y talento desde las filas insurrectas en la etapa colonial, en posteriores procesos de la historia de la nación y en el presente, demostrando la equidad de género y la virtud de hacer de la existencia y el trabajo, una obra para el bien común.
Juana María Blanco Santos, siente el orgullo de haber dialogado cuatro veces con el líder de la Revolución Cubana Fidel y con el General de Ejército Raúl Castro, a los que expresó su voluntad y deseos de seguir produciendo la tierra hasta que respire el oxígeno que emana de ese aire puro y lleno de poderes desde su querida Finca La Victoria en Guayos.