Cabaiguán despide hacia la inmortalidad a Jesús Lazo Ramos, un hombre digno de este pueblo que siempre será recordado por su sencillez,su humildad y su compromiso político

Por: Hugo Crespo Crespo
¡Caramba, buen hombre, te nos fuiste a otra dimensión muy rápido, no nos diste tiempo de colmarte de las merecidas felicidades el pasado primero de julio, cuando arribabas a tus 88 años de vida, para lo cual pensábamos realizarte el merecido homenaje radial por tu obra familiar y social.
No obstante, la fecha se convirtió ahora en doble recuerdo imperecedero por tu natilicio en 1937 y tu partida física en 2025, abriendo el séptimo mes del año, días que pasarán a la memoria histórica de un pueblo, porque usted. Jesús Lazo Ramos, ya tiene un sitio ganado en la historia y la cultura cabaiguanense.
Muchos lugareños estoy seguro, lo recordarán en sus andanzas por esta tierra, la cual quiso y defenfió desde sus diferentes posiciones en la sociedad.
El sector de la cultura de Cabaiguán, llevará tu impronta, porque fue usted, el primer director de la referida entidad, entre 1976 y 1986, que colmó durante años de un elevado nivel artístico en todas las manifestaciones.
En este pueblo de fuertes tradiciones musicales, literarias, danzarias y de las artes plásticas, la escena estuvo repleta. Agrupaciones de diferentes formatos en cuanto a música, danza, pintores, artesanos, obras teatrales y escritores, hicieron de Cabaiguán una plaza fuerte del movimiento de artistas aficionados y profesionales, unido a la fundación de las diez instituciones básicas en 1982 por el Comandante Faustino Pérez Hernández.
En todo ello, tu idea y acción, fueron la vàlvula de escape del éxito alcanzado por el terruño en este ámbito.
Después vino el Museo Etnográfico Regional o Campesino a tus manos. Allí combinaste lo mejor de esa herencia guajira que llevabas en tus venas, con las tradiciones criollas más auténticas de la localidad, en un sitio que invita al deleite y reflexión por su encanto natural.
Entre guateques, controversias y peñas de decimistas y acompañado de las brisas campestres de la finca Nueve Hermanos, estuviste y estarás, como uno de los que llevaron la dirección del inmueble con sentido de pertenencia y defensa de nuestras raíces.
El Poder Popular Municipal, fue otro de los sitios que supo de tu entrega. Con tu voz moderada y respetuosa, y ese andar calmado, dabas fe de tu educación innata, valores y ética, que bien supiste inculcar a una prole, de la cual puedes sentirte orgulloso desde la inmortalidad.
Cabaiguán, comenzó el mes de julio, despidiendo de forma física a uno de sus hijos más nobles, que supo amar y trabajar para el bien de sus coterráneos y a la vez, formar a una familia integral y unida, modesta y sencilla, con apego a sus covicciones y principios.
El pulcro vestir y elegancia de este ejemplo de hijo, esposo, padre y compañero, quedará en el recuerdo y admiración eterna, como alguien que supo hacer desde la humildad, una obra común, yendo a la loma, peldaño a peldaño, sin prebendas y loas a cambio, solo con la premisa de ser un hombre de bien, que cantó, danzó, pintó y actuó, en la escena artística de una tierra que no podrá olvidar el nombre de Jesús Lazo Ramos, cuando de cultura se hable, porque usted sin ser erudito, demostró la idea alquimista que se pueden mover montañas, sin erupcionar volcanes.