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Sombra

Aidita, una mujer hecha para el magisterio (+Fotos)

Aidita , esa profesora es una educadora que siempre está alegre, simpática, atenta,  sonriente, capaz de transformarse y vestirse como pionera y jugar con los niños y niñas como una más

Aida María Rodríguez Ledesma es una educadora que constituye un ejemplo a seguir entre sus compañeros y compañeras de trabajo.

Por: Hugo Crespo Crespo

Una mujer de este terruño, tal parece que fue destinada a guiar el destino de sus coterráneos a través de su rol como educadora. La pasión de Aida María Rodríguez Ledesma por la pedagogía se cultivó en sus genes para construir una obra que hoy ya tiene sus bien logrados frutos.

Su ruta educacional puede estar marcada por varios sitios, pero sin dudas la escuela primaria Manuel González Crespo, es la referencia obligada para hablar de lo que en ella, esta fémina, que sin estar exenta de otras responsabilidades familiares, ha dejado para la posteridad en esta institución docente, una de las tres primeras escuelas construidas en Cabaiguán con el apoyo y contribución del pueblo después del triunfo de la Revolución. 

Ya, cuando alguien menciona este centro, viene a la mente su nombre y viva estampa. Alegre, simpática, atenta, siempre sonriente, capaz de transformarse y vestirse como pionera, juega con los niños y niñas como una más, su colectivo la sigue, respeta y responde a todo llamado que convoque, porque si la palabra líder, tiene un ejemplo en la educación cabaiguanense, aquí lo encontrarás.

Y es que Aidita, es eso, una verdadera líder, no directora,  dirige;  pero desde la perspectiva de la posición contraria, de lo que piensa el subordinado, desde el lugar donde se encuentra otro ser humano, de esa materia prima que siente, padece, sueña y lucha día a día, de quien ella sabe bien, depende todo el éxito que pueda tener la labor de instruir y educar en una institución docente y de cómo llevar adelante un trabajo integrador de forma tal que su escuela sea el centro más importante de la comunidad.

Aidita, reúne en sí todas las características de la ética de un profesional de la pedagogía, al verla actuar desde su postura como directora nos damos cuenta que de la primera a la última palabra que pronuncie, todos sus vocablos son coherentes, vibrantes, llenos de pasión, y de esa dulzura que se tiñe con una dosis de fuerza y respeto por los demás.

Es entonces que aquí radica la clave del porqué esta mujer sigue aferrada,  no a su buró del local de la dirección, sino a cada aula, interiores, exteriores su querida escuelita de El Jobo, espacio que se ha convertido en escena de grandes acontecimientos culturales, galas, celebraciones históricas y patrióticas, donde ella ha demostrado poseer el don de la dirección artística como el más capaz y desdoblarse en personajes y actuar como la mejor actriz  para el público presente.

A la escuela Manuel González Crespo, sin menosprecio de las demás del territorio, han querido muchas familias llevar a sus hijos a cursar los estudios, allí lo mismo se atiende a un autista, que a un menor con discapacidad cerebral, quienes hoy guardan el grato recuerdo de este colectivo y la palabra y manos apacibles de Aidita como una madre sustituta.

Pero eso, no queda solo ahí en ese contexto escolar, Aida María, es también la Coordinadora Municipal de la Casa de Orientación de la Mujer y la Familia de la FMC. En esta institución su labor es esencial, porque viene de un origen evidente donde sabe que la casa, es el lugar de la primera formación de un ser humano, y en ella está a clave de ese incipiente proceso del contacto con la sociedad, por lo que es determinante en ese estudiante que se recibe en cada uno de los centros del territorio.

La incansable y siempre dispuesta Aidita, que vemos pasar por las calles de Cabaiguán como un ciclón, montada en su bicicleta, no le alcanza las manos y su voz para decir el adiós oportuno a cuantos lugareños pasen cercanos.

Como cualquier mujer de estos tiempos, desde sus posiciones como madre, esposa e hija y cargos que ocupa, pueden existir momentos difíciles en sus ámbitos diarios, sin embargo he sido testigo que ante una llamada, llegar a su escuela o verla en cualquier sitio, siempre es la persona que mantiene un adecuado comportamiento y respuestas matizadas con ese equilibrio emocional que la caracteriza y esa forma tan especial que la vida le ha regalado en cuanto a comunicación.

En estos momentos, Aidita no solo será dueña de la historia educacional que se ha tejido en la escuela Manuel González Crespo, ahora lo hace en la homóloga Tomás Pérez Castro, ambas al mismo tiempo, donde ya desde septiembre, se siente el palpitar de un colectivo y resultados que se conduce por el mejor de los caminos, guiados por quien es ya, un símbolo del magisterio en este terruño, seguidora de tantos que al igual que ella, hoy constituyen paradigmas de la pedagogía cabaiguanense.

Por esto y más que no recogen estas líneas, Aida María Rodríguez Ledesma, fue reconocida en años recientes por la Asamblea Municipal del Poder Popular como Hija Ilustre de Cabaiguán.

Gracias Aidita, por toda la obra de la vida, te deseamos una jornada del educador como mereces junto a tus aguerridos soldados de la pizarra, tiza y borrador, de ese ejército de mujeres y hombres, creadores y salvadores de pueblos. Salud y esperamos siempre más de ti. 

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