jueves, marzo 28El Sonido de la Comunidad

Cabaiguán: El desfile del Primero de Mayo de 1957

La orden estaba dada por el gobierno de Fulgencio Batista, no se podía desfilar el Primero de Mayo de 1957 en Cuba, pero los trabajadores de Cabaiguán lo hicieron, fueron condenados y el pueblo se sumó a su liberación

Mario Garcia Reyes Cabaiguan
Mario García Reyes

Por: Daisy Martín Ciriano (Licenciada y museóloga del Museo Municipal)

El Primero de Mayo en Cabaiguán, desde inicios del siglo XX es una fecha de conmemoración y lucha. Cabaiguán ha sido siempre un pueblo de revolucionarios. La gran difusión del trabajo de los tabacaleros ha contribuido notablemente a que esa población que labora directamente con la hoja se nutra de ideales puros, de progreso, sacrificio, y bienestar para el hombre como ser fundamental en el desarrollo de la sociedad. Es este sector de la clase obrera, un sector unido y con ideas avanzadas donde la unidad y la valentía han escrito páginas heroicas.

Los Canarios entre el campo y el torcido

El desarrollo del cultivo del tabaco en las zonas aledañas al poblado y su gran prosperidad atrajo hasta el lugar a muchas personas: inmigrantes canarios y peninsulares y de otras nacionalidades, así como comerciantes y hombres deseaban el progreso personal, pero que con su trabajo, impulsaban el desarrollo del poblado. Así es que el sector tabacalero fue creciendo y haciéndose más fuerte por lo que las tabaquerías y chinchales crecían al igual que las hojas de tabaco en los vegueríos.

Centros como la Fábrica Galileo, Bauzá, Ruperto, Manaquita, El Surco, El Guanche entre otras ilustraron las producciones cabaiguanenses, contradictoriamente el esfuerzo y el sudor de hombres y mujeres que trabajaban directos a la producción y no tenían una remuneración justa y las condiciones para la labor no eran las mejores. Corrían tiempos difíciles, los gobiernos se sucedían unos tras otros, pero para los tabaqueros, las despalilladoras, apartadores, en fin para los obreros la opresión no difería en nada a la que estaba sumido el resto del pueblo de Cuba.

Sindicalización de los torcedores

El Sindicato de Torcedores de Cabaiguán resultó ser una base unitaria, no sólo en este sector, sino también en otros sectores obreros de la población. Se pueden mencionar ejemplos que así lo demuestran y entre ellos está la lucha contra las máquinas torcedoras que se pretendían imponer en las tabaquerías y que traerían consigo el despido de cientos de obreros, así también la lucha tenaz por lograr demandas y reivindicaciones de jornadas laborales justas, salarios decorosos, dirigentes sindicales dignos y sin compromiso. Este sindicato fue un factor fundamental en la oposición a las arbitrarias medidas que se desarrollaban contra los sectores trabajadores.

Los obreros de Cabaiguán representados por los gremios tabacaleros desafiaban el poder de la tiranía y los sindicalistas y mantenían sus demandas a toda costa.

Cabaiguán, único territorio cubano en desfilar el primero de mayo de 1957

En el año 1957, al igual que en otras ocasiones los obreros del sector tabacalero hicieron llegar con antelación a la dirección municipal su solicitud para realizar el desfile del 1º de mayo. Generalmente no se autorizaba la realización del desfile a los sindicatos y sólo en casos excepcionales, eran autorizados los actos, pero dentro de locales cerrados donde no existieran manifestaciones públicas.

Los dirigentes enviaron su solicitud a Gobernación en La Habana, aunque durante todo el tiempo que el sector se mantuvo a la espera de la respuesta se sucedieron unas tras otras las manifestaciones contra la tiranía y el apoyo a acciones revolucionarias que se desarrollaban en el país. Ya el Movimiento revolucionario tenía figuras reconocidas, líderes que el pueblo conocía, seguía y admiraba.

El desfile del 1º de mayo en Cabaiguán no fue autorizado. El Comité Pro-Primero de mayo emitió varios llamamientos donde con valentía exponían sus demandas dentro de las que estaban reclamos, no sólo para el sector tabacalero, sino también para otros sectores.

Estas demandas estaban respaldadas por los gremios de Escogedores, Despalilladores, Torcedores, Sindicato de choferes y Obreros del calzado.

Todo estaba previsto para el desfile. El día anterior los dirigentes sindicales se reunieron y distribuyeron a sus miembros para atender los diferentes barrios del poblado: el barrio del Gallito fue atendido por Rogelio Rojas, el reparto obrero quedó bajo la responsabilidad de Miguel Martín, el reparto Clemente fue orientado por Emilio González, mientras que Mario Hernández realizaría el trabajo en el Paraíso, también la zona del pueblo sería atendida por Carlos Cruz.

El día 1º amaneció lloviznando y no se esperaba mucha asistencia, incluso se valoró que en aquella situación no se iba a desfilar, sólo que encontrándose algunos dirigentes en la esquina de la calle Agramonte, divisaron que un grupo venía del Gallito, encabezados por Rogelio Rojas y Joaquín Bernal que portaban una banderita cubana, venían también Humberto Rodríguez, Genaro Molina entre otros, avanzaban con tremenda algarabía lanzando consignas, Miguel envió a Mario García para que aplacara al grupo porque los iban a detener.

A la manifestación se sumaron varios grupos más, los que venían del Paraíso con Mario Hernández al frente, otro grupo del reparto Clemente que era mayoritariamente de tabaqueros, los obreros de la Bauzá, además los que habían llegado del barrio el Gallito por la cafetería, todos se fueron aglutinando por la esquina de la tienda de Camacho en el área de La Palmita y subiendo por la calle Valle lanzando consignas.

Era un numeroso grupo de tabaqueros y obreros de otros sectores que se sumaban y que convertían aquel desfile en una demostración de repulsa contra el régimen batistiano. Los comercios fueron cerrados por sus dueños y éstos salieron al portal. Al llegar el desfile frente a la farmacia de Catalina Pinto, hoy la óptica, allí estaba detenido el jeep de la policía con los Tenientes Rangel y Fernández Martell, el primero, increpó a los compañeros que encabezaban la manifestación y dijo que hasta ahí llegaban ellos.

Acto seguido, Mario García, que era el Secretario del Partido en Cabaiguán, pidió permiso a los militares para hablarles a los manifestantes y éstos creyendo que sería para disuadir la manifestación, se lo permitieron. Mario subiendo sobre la defensa del jeep inició sus palabras usando las mismas con que el Teniente se había dirigido a ellos.- Nosotros hemos llegado hasta aquí, como bien dijo el Teniente, pero ustedes deben seguir este desfile hasta el busto de Martí como habíamos previsto…… ¡viva el primero de mayo!.

Los compañeros Mario García, Miguel Reyes, David Concepción y Rigoberto Álvarez fueron detenidos e introducidos en el jeep para su traslado al cuartel. A partir de ese instante el desfile cambió de ritmo y de dirección ya que el grupo se dividió en dos, uno de ellos se dirigió como habían convenido rumbo a la tarja de Alfredo López Brito con un paso más que rápido y el otro tomó rumbo al parque José Martí y posterior hacia la Palmita por la carretera central.

La represión a los tabaqueros

El ejército previendo que los cabaiguanenses realizarían a toda costa este desfile, habían reforzado la guarnición del cuartel con soldados de Santa Clara y los habían diseminado por todos los lugares, entre ellos por La Palmita. Allí los soldados arremetieron contra los manifestantes.

Miguel Cárdenas, integrante de la Juventud Socialista fue golpeado con la propia pancarta que llevaba. En este enfrentamiento fue herido Rogelio Rojas al hacer un gesto con la mano para esquivar los planazos de machete que lanzaban los soldados a los manifestantes, Puty, como era conocido el muchacho de apenas 17 años portaba desde El Gallito la bandera cubana junto a Joaquín Bernal, después de este incidente la bandera quedó manchada con su sangre y se la entregó a Cárdenas quien la conservó.

El grupo que logró llegar hasta la tarja de López Brito, comenzó a realizar el acto como estaba previsto, los soldados se dirigieron al lugar, interrumpiendo las consignas y arengas que lanzaba René Dorta junto a los manifestantes, los cuales se dispersaron para evitar un enfrentamiento con los soldados, dirigiéndose por la calle frente al hotel Cabaiguán, calle Valle, hasta La Palmita.

Allí fueron agredidos y dispersados totalmente, algunos compañeros fueron alcanzados por los soldados, pero Miguel Cárdenas García, recientemente fallecido, que por limitaciones físicas no pudo moverse con agilidad recibió fuertes golpes de un soldado bastante grueso y apodado Resino el que despiadadamente le golpeó en el suelo. Después logró escabullirse y ocultarse en la casa de Nieves Baños que vivía cerca del lugar, allí también fue amparado Juan Santander Herrera, militante del Partido Comunista.

Resultó ser el 1º de mayo de 1957 un día significativo en la historia de Cabaiguán, pues fue este pueblo el único del país que celebró un desfile en las calles a pesar de la represión de las hordas de la tiranía.

Posterior al desfile se desarrollaron acciones de represión e intimidación contra los obreros y sus líderes, así como a figuras afiliadas al Partido Comunista.

El día 5 de mayo aparecieron negras cruces pintadas en la puerta de varios dirigentes obreros y miembros del Partido. Se conoció que el Tte. Rangel había dado la orden a un oficial que apodaban “culito” para que pintara con chapapote una cruz en la casa de varios dirigentes que habían participado en las manifestaciones obreras, realmente acertaron en cada caso porque al maestro Luis Rodríguez le colocaron la marca porque era militante del Partido, así también a Mario García, Miguel Reyes, Carlos González, Juan Santander, David Concepción y Armando Alba.

Esta cruz negra significada una sentencia de muerte que a partir de ese momento pendía sobre cada uno de los compañeros, incluso de los que aún estaban en prisión.

El Juicio

Los dirigentes del desfile que habían sido apresados fueron trasladados para Santa Clara para realizarles el juicio, allí frente a la cárcel quedaba la audiencia y a Mario García lo trasladaron esposado yaque él tenía acusaciones pendientes por el supuesto intento de quema de la estación de ferrocarril. Además de los compañeros apresados el 1º de mayo, también estaba en prisión Juan González que era dirigente del sector de despalilladores y se había comprometido con el Tte. que no habría desfile, tal vez por esa razón sería juzgado. El 11 de mayo los inculpados fueron instituidos de cargos y le impusieron multas de 40 pesos a cada uno por alteración del orden y convocar a manifestaciones ilícitas.

Miguel Reyes envió la orientación hasta Cabaiguán de que se colocaran alcancías en diferentes sitios y que el pago de la multa se recogiera centavo a centavo por el pueblo. Así fue, en poco tiempo estaban recogidos los doscientos pesos de la multa y los detenidos, con excepción de Mario fueron puestos en libertad.

El 20 de mayo se celebró el juicio de Mario. Al no poderse comprobar su participación en el hecho, fue puesto en libertad.

Muchos de estos hombres y mujeres que participaron en este desfile, ya no están junto a nosotros. Su ejemplo ha quedado y quedará para siempre en la trayectoria revolucionaria de los obreros tabacaleros y de diferentes sectores, esos mismos obreros que continuaron su lucha y que nutrieron después las filas del Ejército Rebelde, hasta el triunfo definitivo.

Hoy a 53 años de aquel acto heroico los cabaiguanenses tributan un merecido homenaje a los dignos hombres y mujeres que enfrentaron la feroz represión y resalta el valor demostrado al enfrentarse a la tiranía y ser el único pueblo del país que realizó el desfile aquel 1º de mayo de 1957.

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