La venta de bonos del movimiento 26 de julio era de gran valor pues con ese dinero recaudado se compraban municiones y otros artículos con vistas dotar de indumentarias necesarias para enfrentar al enemigo

Por: Daisy Pilar Martín Ciriano
Con la constitución del Movimiento 26 de Julio en el territorio, en 1955, se fue organizando todo el personal que buscaba mejorar la crítica situación que atravesaba el país.
Mucho dolía a la población el maltrato que sufrían los obreros y campesinos, más aún, el asesinato perpetrado por la tiranía a jóvenes simpatizantes, los que después arrojaban sus cuerpos en cualquier lugar o cuneta, lejos de donde vivía. La organización de este movimiento encontró muchos simpatizantes, y una forma de colaboración lo fue la compra venta de bonos de la organización. Era muy riesgosa la distribución como la tenencia. Pero aun así, eran distribuidos con cautela entre los obreros y campesinos, amas de casa y otros sectores simpatizantes. Incluso, personas propietarias de establecimientos comerciales realizaban su compra para favorecer la recaudación. El valor de los bonos oscilaba entre 1 peso, cinco y hasta diez, de acuerdo con la disposición y nivel adquisitivo del colaborador.
Con ese dinero se realizaban las compras de alimentos enlatados, municiones, botas, ropa y tela para uniformes, entre otros destinos.
Después de la fusión de las fuerzas del Movimiento 26 de Julio y las del Directorio Revolucionario se conforma el Frente Norte de Las Villas y con esta unión se desarrollan los primeros combates en el Escambray, que tuvieron el apoyo de estas recaudaciones económica emanadas de la venta de bonos y que fueron llevadas hasta el lomerío por Carlos Pérez Hernández.
