Corría el año 1908 frente al recién inaugurado paradero de ferrocarril de Cabaiguán, Domingo Concepción Pérez, funda su Café Fonda para dar servicio a los pasajeros de aquellos trenes tirados por locomotoras de vapor
Foto: Archivo
Ha pasado el tiempo y en pleno Siglo XXI, no está El Café el Teide, tampoco pasa el tren, incluso en este período de pandemia se han perdido los pasajeros de la piquera cercana a ese lugar, pero está el Bar de Antonio y otros puntos de venta de trabajadores por cuenta propia, ansiosos de que desaparezca el COVID-19 para mejorar sus economías.
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