El Festival cantando a mi muñeca era auspiciado por la familia, la escuela y el palacio de pioneros
Con gran alegría padres, abuelos, niños y maestros han visto nuevamente vestir el uniforme al estudiantado cubano en las diferentes enseñanzas. Con nuevos bríos maestros y profesores irrumpen en sus aulas colmados de iniciativas y esfuerzos, mientras los alumnos desbordan su alegría ante el reencuentro con sus compañeros.
Del quehacer docente han surgido, desde tiempos de antaño, múltiples actividades en pos de alcanzar la mejor formación en los niños. La Enseñanza Primaria, más apegada a la etapa infantil, siempre ha recreado la imaginación con la realización de juegos y rondas, incluyendo los festivales deportivos y culturales.
Precisamente entre estos se encuentra el Festival Infantil Cantando a mi muñeca, auspiciado por el Círculo de Pioneros del territorio. Esta actividad orientada y coordinada con antelación con padres y maestro, consistía en que cada niña presentaba a su muñeca de la forma más amorosa y cuidada posible, incluso que le pudiera dedicar un arrorró u otra canción de cuna.
Estas festividades se desarrollaron con gran fuerza durante los finales de la década de 1970 e inicios de los 80. Muchas de las niñas participantes lograban llevar a su muñeca vestida al igual que ellas y cantarles una canción. Por aquellos años en que las muñecas tenían nombres como Loreta, Lilí, Bebé, Dunia, entre otras, cada niña llevaba la que en mejores condiciones se encontraba. Esta actividad siempre fue muy esperaba en el territorio. Baste con decir que por aquel entonces las niñas jugaban a las muñecas y a las casitas hasta teniendo aún doce y trece años.
Hoy, esto ha quedado muy lejano en el tiempo, pero qué bueno es recordar esta iniciativa que alegró a tantos corazones, y pensar que una de estas niñas, convertida tal vez ya en abuela, al ver esta foto pueda narrar a su nieta estas vivencias.
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