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Con 96 años la Danza Isleña Portadora de Pozas sigue en los escenarios

La Danza Isleña Portadora de Pozas es referencia y símbolo de nuestra historia, cultura e identidad para las nuevas generaciones

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Cultura e identidad canaria refleja la Danza Isleña Portadora de Pozas.

Por: Hugo Crespo Crespo

Cabaiguán, como otros sitios de la región central de Cuba y del país, fue uno de los lugares de la mayor de las Antillas donde se recibierona miles de inmigrantes canarios en los primeros años siglo XX, entre ellos José Garcés Hernández y Juan “Chimijo” Hernández Lorenzo, quienes se asentaron a residir en la zona de Pozas.

La fertilidad de los suelos de esta región y en especial el cultivo del tabaco fue uno de los atractivos para estos inmigrantes, quienes al unísono de las labores que realizaban no olvidaron su cultura artística y culinaria, por lo que en algunas celebraciones ponían en práctica lo que, de las Islas Afortunadas, trajeron con ellos.

En estos encuentros familiares de domingo, serenatas, noche buena o fines de año, era costumbre crear un grupo de músicos para amenizar los festejos de la zona y por ende, recordar la música y los bailes típicos de su tierra natal era algo que los hacían revivir en esos instantes.

Así poco a poco fue creciendo aquel interés en preservar estas tradiciones, amparadas por la nostalgia y los recuerdos. Fue entonces que el 3 de junio de 1929 en Cacahual de Pozas, surgió primero el grupo musical y después la unidad danzaría que ha llegado hasta nuestros días como Danza Isleña Portadora de Pozas.

Folías, isas, malagueñas, paso doble, la polka, la folía, el pasacatre, el pasodoble, el Conde de Cabra, el sirinoque, la Danza del Trigo y otros ritmos invadían los espacios y la alegría de aquellos hombres y mujeres comenzó a crecer y fortalecerse entre nativos y descendientes.

Con el transcurso de los años, las huellas de José Garcés y Juan Chimijo, se mantuvieron vivas, con algunos altibajos en la existencia de este grupo, hasta que en los años de la década de los ochenta los instructores de danza Felicia Estepa Valdivia y Alfredo Sánchez Albóniga, se dieron a la tarea de reorganizar esta estructura con algunos hijos y nietos de sus fundadores, así como con otros aficionados a la música o el baile con inclinación al folclor canario. 

No obstante, después ha sido Felicia Estepa, el alma y sostén de esta institución que ha podido llevar su repertorio a la tierra natal de sus creadores: Islas Canarias y también a Venezuela, otro de los países donde la emigración desde el Jardín de las Hespérides, fue notable.

Por otra parte, en varios pueblos y en escenarios de Cuba, sus presentaciones han sido muestras de su vitalidad. Entre algunas de estas actuaciones se encuentran Jornada Cucalambeana, La Huella de España, La Fiesta del Fuego o del Caribe”, el “Festival de Tradiciones Canarias” en la capital del país y las Romerías de Mayo y en la Casa del ALBA cultural, en el Concurso Danzario Afidanza en Trinidad y en ediciones de la Feria del Libro en varias ciudades cubanas, por solo citar algunas.

Los premios de la Danza Isleña Portadora de Pozas no han sido pocos; entre estos se destacan el “Memoria Viva” del Centro para la Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana “Juan Marinello”, y el de “Cultura Comunitaria Nacional” siendo declarada Patrimonio de la Cultura Canaria en América Latina. Además, la propia instructora Felicia Estepa por todo el quehacer de preservar estas tradiciones y la fusión de ambas culturas, canaria y cubana, fue reconocida en el 2024 con el premio Memoria Viva en el apartado de personalidad. 

Hoy la Danza Isleña Portadora de Pozas, con 96 años, con casi un centenario de vida, sigue apostando por preservar lo que con tanto esfuerzo, dedicación y sentido de pertenencia se ha logrado. Cuidar y mantener con vida esta agrupación es una deuda con sus fundadores y salvadores; y olvidarla, no atenderla y no darle el espacio que le corresponde sería un pecado contra nuestra propia identidad, con la de aquellos que dieron luz a una forma de alegrar y embellecer la existencia y a quienes la hicieron resurgir.

La memoria histórica de un pueblo no se puede mancillar y hacerlo provocaría la muerte de un pasado e imposible sería entender el presente.

Hoy varios seguidores de estos bailes y música de las Islas Canarias, toma fuerzas en Cabaiguán; talento, vocación y energía, se unen para continuar un arte que debe seguir latente, para pagar la deuda de nuestros ancestros. Niños, adolescentes, jóvenes y adultos, ya hacen gala de su repertorio, en diferentes espacios de la geografía municipal, provincial y nacional, dándole a este terruño el mérito que merece en esta salvaguarda de tradiciones, escena en la cual la experiencia acumulada no puede mancillarse, donde la vida ha demostrado que la unidad es causa de reveses y victorias y en esta materia, la cultura cabaiguanense debe apostar por lo segundo. Cabaiguán es un reservorio de esa fusión de las culturas canaria y cubana, por ello, aquello de darle el apelativo de Capital Canaria de Cuba, tiene su justificación bien fundamentada, donde las huellas de los nativos constituyen la válvula de escape para que descendientes y lugareños sigamos dándole a la Danza Isleña Portadora de Pozas, y a las nuevas generaciones que llegan motivados por este folclor, las reverencias que merecen como símbolos de nuestra historia, cultura e identidad.

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