Mil y un gestos de afecto hacia Fidel
Consternación, esa tal vez fue la primera emoción que se nos dibujó en el rostro aquella noche del 25 de noviembre de 2016 cuando interrumpieron la programación televisiva y vimos a Raúl Castro comunicando el fallecimiento de Fidel, una noticia que, por lo entrecortada de su voz y la tristeza de su semblante, muchos la dedujimos antes que él pronunciara palabra alguna.
Como nosotros, el amanecer siguiente también despertó consternado; el sol no quiso salir temprano a desplazar a la pesarosa luna del cielo cubano. Las nubes grises reflejaban la tristeza de un pueblo que había perdido a su líder indiscutible. Una colega lo describió así: “Este primer sábado sin Fidel tiene algo de irreal, de poesía de la pérdida, de atmósfera que se mimetiza en el sentimiento de la gente”.
El duel...