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De la silla de ruedas al equipo Cuba

Por Osbel Ramón Díaz Mondeja

Lo que aquí les narro no es una fábula, es la realidad del cabaiguanense Eduardo Rodríguez Bernal.

Esta historia está basada en la entrevista concedida en el año 2006 a sus 10 años de edad.

Eduardito, como le llamaban en la niñez, nació un 31 de enero de 1996. A los 3 años de edad comenzó a presentar dificultades para caminar por lo que la familia llegó hasta las consultas del Hospital Ortopédico Frank País de la capital. El diagnóstico médico fue osteocondritis bilateral con una inflamación aguda del núcleo de crecimiento en las dos rodillas.

Como resultado tuvo que sufrir la inmovilización de sus piernas por un período de 4 años lo que nunca conoció de juegos infantiles, baños en los ríos, juegos de bola, ni empinar papalotes.

Aprendió a leer y escribir como estudiante en una silla de ruedas y sus padres lo entretenían buscándole recortes de periódicos y revistas donde aparecían «peloteros» los cuales coleccionaban en álbumes que aún conserva.

Para aquel niño de la calle Luis Rodríguez # 55 Entre C y D en Cabaiguán, el sueño de su vida fue siempre jugar el béisbol y «Deny», el vecino Karateca del barrio, lo llevaba en su silla hasta el estadio de Cabaiguán por las tardes para ver los juegos que allí se realizaban y así complacer su gusto.

Atrás quedaron los cuatro años de inmovilización, llegó entonces la rehabilitación mediante ejercicios y fue otra etapa donde aprender a caminar y correr era algo nuevo para aquel niño.

En septiembre del 2005 se presentó el entrenador Yunieski Cuba «Biyaya» en la escuela primaria Carlos Manuel de Céspedes donde Eduardito cursaba estudios y con la autorización del padre a escondidas de toda la familia comenzó los entrenamientos en el área especial del estadio Mártires de Cabaiguán. Cuál sería la dedicación de este niño que en apenas un año representó al municipio en la serie provincial de su categoría la cuál le valió para integrar la selección espirituana al evento nacional.

Eduardito como receptor y jardinero izquierdo se caracterizó por su potencial ofensivo donde terminó con average de 390, un doble, tres triples y un jonrón contra Camagüey que decidió el partido.

Con esa actuación terminó en el todos estrellas y le valió para integrar la preselección Cuba al mundialito de las Américas que tuvo por sede Venezuela.

La historia de este niño cabaiguanense fue una hazaña deportiva, pues en tan sólo un año logró llegar al equipo nacional luego de vencer años de invalidez infantil.

Eduardo Rodríguez Bernal logró por sus resultados ingresar por 5 años en la EIDE Lino Salabarria de Sancti Spíritus donde estuvo como atleta hasta que con por decisión personal se alejó del deporte activo para trabajar junto a su padre.

Hoy con 24 años de edad labora como trabajador del combinado lácteo de la ciudad del Yayabo como técnico en refrigeración y calderas, pero nunca olvida a sus compañeros de equipo que integran los gallos actuales como Yankiel Mauri, Dismani Ortiz, Pedro Álvarez, Junior Ibarra y otros más.

Sus propias palabras en aquella entrevista con tan solo 10 años de edad aún resuenan en mi mente.

…antes yo me entretenía mirando las fotos de los peloteros, que coleccionaba, hoy me entretengo mirando mis propias fotos y conservo el traje del equipo Cuba que es la prueba de la promesa que le decía a mis padres que cuando volviera a caminar iba a ser pelotero…

Sin dudas, este ejemplo de constancia es digna de admirar como muestra de lo que se puede cuando la voluntad y el deseo están por encima de todo.

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