Dionisio Rodríguez Mederos, nació el 29 de marzo de 1925 en Mota, en la zona de Santa Lucía.

Por: Hugo Crespo Crespo
Tomado del Libro Mártires de La Llorona de Daisy Pilar Martín Ciriano, Mirta Z. Estupiñán González y Carlos Abreu López
En el año 1957, en Cabaiguán se produjo un acontecimiento que dejó consternado a todo el territorio y a sus alrededores. Un grupo de jóvenes deciden alzarse en el lomerío de Guamuhaya, conocido popularmente como Escambray, en lo que hoy día se encuentran los límites de Fomento y Cabaiguán.
La situación en Cuba se tornaba tensa, tras la muerte de Frank País García y Raúl Pujol Arencibia el 30 de julio de 1957, por lo que el primero de agosto, estalló una huelga espontánea en Santiago de Cuba, que la dirección del movimiento, decidió extender a otras ciudades.
También en Cabaiguán, se activaron los revolucionarios y los comités de huelga. El M-26-7 estaba constituido y contaba con varios grupos listos para la acción, tanto en las zonas urbanas como en las rurales.
Los rebeldes cabaiguanenses, iniciaron el 3 de agosto de 1957 la recogida de armas en las sitierías de la zona de Neiva, Echenique, Zarza Gorda, Vega del Paso, Violeta Tres y La Yaya.
En todo este quehacer no faltaron los contratiempos, obstáculos, persecución y falta de coordinación, lo que provocó la dispersión de los grupos, hasta quedar solo doce, dirigidos por Félix Hurtado Manso y después se incorporan tres, para un total de quince.
Con varias vicisitudes llegan al valle de La Llorona como a las diez de la noche, del día 5 de agosto, e hicieron un alto para descansar hasta el nuevo amanecer. Al día siguiente levantaron una vara con la bandera del 26 de Julio y cantaron el himno nacional, acto simbólico con el que se instituyó oficialmente el grupo guerrillero.
A partir de aquí, la odisea, la traición, la cacería salvaje y la muerte de ocho de ellos. El primero fue el día 7 de agosto de 1957, y fue el práctico Dionisio Rodríguez Mederos, el que conduciría el grupo hasta el Escambray.
Dionisio Rodríguez Mederos, nació el 29 de marzo de 1925 en Mota, en la zona de Santa Lucía. Sus padres se nombraban Felipe Rodríguez y Felipa Mederos.
Debido a la precaria situación de la familia, no pudo asistir a la escuela y para firmar estampaba sus dedos en el papel.
Era un muchacho trabajador, afectuoso, pero muy reservado. A los 15 años se trasladó a vivir a Santa Lucía, donde realizaba diferentes labores para apoyar al sustento familiar.
A partir de 1952, después del golpe de Estado ingresó primero al Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) y posteriormente a las filas del Movimiento 26 de Julio.
Fue entonces que comenzó a llevar mensajes, distribuir propagandas y bonos del 26 de Julio. También vendía los boletos que le entregaba un banquero de la zona de La Victoria.
Cuando el grupo rebelde, procedente de Neiva, contactó con Joseíto Ruíz Lumpuy para conseguir un práctico que lo llevara hasta el Escambray, Dionisio Rodríguez Mederos fue el seleccionado. El día 6 de agosto se encontró con los alzados en el monte de Colunga; se hizo notar a través de tres silbidos. Era la contraseña.
Al día siguiente, recibió la encomienda por parte del jefe de los alzados de ir a Cabaiguán y establecer contactos para asegurar la permanencia del grupo y su avituallamiento. Antes de marchar, Dionisio le indicó al campesino Santos Piñero, que hiciera comida para los rebeldes, le precisó a Félix Hurtado Manso, cuándo y dónde recoger los alimentos y marchó a cumplir su tarea al poblado.
Cuando regresaba a Santa Lucía, fue sorprendido y apresado por los soldados del teniente Ramón Mirabal. Lo amarraron y durante el trayecto al lugar donde sabían estaban los rebeldes continuaron las torturas y vejaciones. Al llegar lo remataron a culatazos y la dispararon. Su cadáver fue tirado dos días después en el cementerio de Santa Lucía.
Algunos conocidos de la zona, tan pronto los guardias se alejaron salieron en busca de madera a un aserrío del lugar para hacer un ataúd. Dionisio contaba al morir con treinta y dos años.
Su cadáver hoy se encuentra en el Panteón de los Caídos por la Defensa de la Patria en el cementerio de Cabaiguán.
En el lugar donde cayó se erigió una tarja en recordación a este acto heroico a favor de la libertad de la patria.
Una cooperativa llevó su nombre en la zona de Santa Lucía, la cual se integró a la Sergio Soto, también un círculo social en ese sitio, y en Cabaiguán una calle y una escuela.
A pesar de algunas ideas opuestas, y según estos investigadores Dionisio Rodríguez Mederos es en nuestra historia, el primer mártir del Escambray.