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El bloqueo también es un vampiro

Cada día el colectivo de los servicios de Hematología del Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos enfrenta casos de leucemias y linfomas en los que un medicamento a tiempo puede significar la vida, pero a veces, a causa del bloqueo, no se cuenta con el más avanzado.

Rodeado de pacientes por todas partes en el Departamento de Hematología del Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus, Escambray abordó al doctor Michel Santos González, hematólogo con ocho años en la especialidad, parte de ellos en Islas Seychelles, en el Océano Índico. 

Sentado frente a él, en su concurrida consulta, intuyo que el joven médico, de cerca de 40 años, siente como un alivio al poder compartir de manera pública las tensiones que viven cada día él y los otros cuatro doctores que atienden la especialidad, así como las enfermeras que completan el pequeño colectivo, enfrentados a las carencias provocadas por el bloqueo, mientras atienden a pacientes de dolencias que cada año se llevan millones de vidas en el planeta.

¿Puede explicarme, doctor, cómo afecta el bloqueo la labor de los servicios de Hematología en Sancti Spíritus?

Sí,nuestra especialidad, como especialidad oncológica al fin, se ve afectada porque muchos de los medicamentos que necesitan los pacientes no están disponibles en nuestro medio y hay que buscarlos por otras vías, debido a que los fabricantes norteamericanos y de filiales de Estados Unidos en otros países se niegan a vendérnoslos, y los bancos se niegan a otorgar a Cuba créditos para estos fines, lo que provoca serias afectaciones.

Téngase en cuenta que nosotros tratamos esencialmente a pacientes con leucemias y linfomas para cuyo tratamiento ya existen en el mundo medicamentos eficaces que, como regla, nos cuesta mucho trabajo adquirir a causa del bloqueo. 

¿Pudiera citar los nombres de esos fármacos avanzados que ustedes necesitan cada día y que cuesta tanto conseguir?

Naturalmente, por ejemplo, le puedo citar los que más se usan en Hematología, como el Citosav, la Ciclofosfamida, las Antraciclinas, entre las que está la Adriamicina, la Ruliomicina, la Carbacina, la Bliomicina, la Vinclictina, la Vinblastina, y uno de los anticuerpos monoclonales que se usan mucho es el Ritucimab, y todos estos medicamentos son importados.

Estamos hablando de preparados costosos, que se ha hecho práctica que Cuba los adquiera mediante un tercer país, lo cual encarece aún más su precio, lo que provoca fuertes daños a la economía cubana e incide a veces en la posibilidad de contar con ellos en un momento dado para determinado caso.

Estamos hablando de muchos pacientes, puesto que no es solo Sancti Spíritus, sino Cuba entera, y la tendencia del cáncer en nuestro país es a crecer porque somos una población envejecida debido al aumento de la esperanza de vida y muchas de estas dolencias son propias de la vejez. Esa es la regla, aunque también atendemos a enfermos con menos de 20 años.

¿Cómo se las arreglan para enfrentar estos casos complejos?

Nuestro colectivo siempre trata de aplicarles a cada uno de los pacientes el mejor tratamiento, quizá no el que se usa en las instituciones más avanzadas a nivel mundial, pero si medicamentos y tratamientos efectivos que pueden suplir estos fármacos de primera línea que nos están vedados por el bloqueo.

Cuando usted dice tratamientos efectivos, ¿quiere decir que pueden sanar a los enfermos?

Sin duda. Estamos hablando de enfermedades que se curan. Algunas se curan en un plazo razonable; otras requerirán, en cambio, otros procederes y se pueden convertir en crónicas, y hay otras, como los casos de leucemia mieloide o linfoide agudas, que requerirían entonces un trasplante de médula ósea.

Los médicos aquí tenemos pacientes con más de cinco años de haber sido atendidos, sin remisión. Los hematólogos hablamos de remisiónporque, ¿qué pasa? Estas enfermedades pueden reaparecer incluso transcurridos 10 años y por eso nunca les damos el alta, sino que les damos seguimiento, porque pueden aparecer segundas neoplasias secundarias al tratamiento con quimioterapia, que no tengan que ver con hematología. 

Pero no se trata solo de los medicamentos, pues entre las afectaciones del bloqueo hay que incluir las que sufren los medios complementarios. Ocurre que uno pone medicamentos, pone quimioterapia, pero tienes que dar seguimiento a esos pacientes con complementarios, y entonces ahí se incluyen los reactivos: los reactivos de Creatinina, de Ácido úrico, de las enzimas hepáticas, que el país debe adquirir también. Son los llamadlos medios diagnósticos que se utilizan para llegar a un dictamen exacto.

Estamos hablando, por ejemplo, de un paciente con leucemia, que puede requerir quimioterapia, pero hay un período al que nosotros le llamamos período de aplasia, en el cual se usan antibióticos de amplio espectro, y son estadías prolongadas que requieren incluso transfusiones de hemoderivados, con utilización de dos o tres antibióticos, ya sea de última generación o, en su defecto, de primera y segunda generación, a los cuales se tiene acceso normal. 

¿Cuánto podría costar como promedio un tratamiento complejo que, por ejemplo, requiera trasplante de médula ósea?

Es bien difícil hacer un cálculo exacto. Yo tuve la dicha de cumplir misión internacionalista en Seychelles, y los trasplantes y esas cosas no se hacían ahí, sino que se mandaban a realizar en otros países y costaban alrededor de entre 20 000 y 40 000 dólares, por lo que muchos ciudadanos no podían acceder a ellos. Los cubanos tenemos el privilegio de contar, a pesar del bloqueo, con uno de los sistemas de salud más completos y eficaces del mundo.

Tomado de Escambray

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