Hoy apenas almacenan el 35 por ciento de su capacidad, lo que se traduce en un panorama bastante más deprimido que en esta fecha de 2024

Los embalses espirituanos llegan al período seco prácticamente de rodillas, con una situación bastante desfavorable, pues en general apenas almacenan unos 405 millones 400 000 metros cúbicos de agua, cifra que representa menos del 35 por ciento de su capacidad de llenado.
José Carlos Hernández, técnico del puesto de dirección de la Empresa Provincial de Aprovechamiento Hidráulico, detalló a Escambray que el pasado año en esta misma fecha los acuatorios de Sancti Spíritus se encontraban menos deprimidos, pues acumulaban algo más del 50 por ciento de sus posibilidades.
Específicamente la presa Zaza, el mayor embalse de Cuba, en estos momentos semeja más un potrero enyerbado que un lago porque apenas mantiene en su vientre unos 260 millones 300 000 metros cúbicos de agua, lo que cubre menos del 30 por ciento de sus actuales potencialidades de almacenamiento.
Por fortuna, los embalses dedicados al abasto a la población —Tuinucú, Lebrije y Siguaney—, presentan un panorama menos sombrío y, según los especialistas, sus aguas resultan suficientes para cubrir las necesidades del territorio durante varios meses.
Además de la Zaza, las obras hidráulicas más vacías hoy resultan La Felicidad y Dignorah, las cuales también solo rondan el 30 por ciento de su capacidad de llenado.
En el otro polo, con un espejo mejor cubierto y más en correspondencia con el período húmedo que acaba de concluir, aparecen las presas Siguaney, Higuanojo, Banao dos y Aridanes, esta última incluso vertiendo sus excedentes.
