viernes, abril 26El Sonido de la Comunidad
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En Cabaiguán se ahorra electricidad, pero….

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Por: Lillipsy Bello Cancio

Cabaiguán cumplió su plan de consumo del mes de septiembre al 94.4%, con un ahorro de 530 MW/h, lo que representan 140.45 toneladas de combustible, evaluados en 51.160 mil USD… visto así pudiéramos hasta enorgullecernos de nuestros consumidores y hasta dedicar crónicas a qua pesar de las circunstancias, son fieles centinelas de lo establecido y no permiten ni el más mínimo de los deslices en materia energética.

Y sí, es cierto que el esfuerzo de la gran mayoría es meritorio, y hasta válido el aplauso para quienes se aprietan algo más que los cinturones y poniendo en riesgo condiciones de trabajo, eficacia de la tecnología, eficiencia en los servicios y hasta afectando prestaciones al pueblo, logran cumplir con lo establecido y aportar al ahorro de un recurso cada vez más escaso, más costoso… y en el caso de Cuba… más prohibido.

En los consejos energéticos se analizan semana tras semana las causas que originan los incumplimientos, y que van desde situaciones objetivas como la obsolescencia tecnológica de las panaderías, hoy con una precariedad que ciertamente no da para más, u otras tan subjetivas como el deber de un directivo de explicarle a los delegados la necesidad de apagar el bombillo de la esquina para evitar los tan molestos apagones… los análisis son profundos, pero los resultados no están a la altura.

Y es que la falta de correspondencia entre la factura de la Empresa Eléctrica y los registros de las entidades, y lo que es peor la violación de la tan necesaria conciliación entre unos y otros, las aún escasas acciones de reclamación presentadas a aquella por cobros excesivos de una energía que jamás se consumió y la insuficiente percepción de la importancia de un asunto tan vital como este por parte de funcionarios y directivos también inciden en que hoy, a pesar de que el municipio cumpla de manera global, mientras unos derrochan, otros viven con la soga al cuello.

¿Qué va a pasar entonces con la treintena de entidades cabaiguanenses que no cumple su plan previsto para el horario pico? ¿Quién va a resolver el tema de una planificación, no ya insuficiente, sino irracional que no siempre tiene que ver con el hecho de que no hay, sino que a veces también está determinada por malas distribuciones y estrechez de pensamiento? ¿Hasta cuándo se le va a permitir a las cerca de 80 unidades de este territorio que consumen sin plan?… ¿quién tiene que resolver semejante asunto?

Cuarenta y dos inspecciones fueron realizadas por la única especialista que tiene la Oficina para el Uso Racional de la Energía en Cabaiguán, todas en los horarios picos y a centros priorizados por diferentes razones: 34 deficiencias fueron identificadas, las cuales ahora precisan, más que un plan de medidas, del accionar inmediato, consciente y sistemático de cada una de estas instituciones.

Ahora bien, las campañas comunicacionales están establecidas, funcionan y su estructura le permite llegar a los diferentes grupos poblacionales: el hecho de que el sector residencial haya consumido 167 MW menos de lo previsto para dicho período, si bien no constituye un elemento conclusivo por sí mismo, deviene, sin lugar a dudas fundamento para pensar que andamos por buen camino en lo que a conciencia ciudadana se refiere.

Los reclamos sobre la constricción de los planes son frecuentes, cada vez que se rebaja una cantidad por mínima que sea a lo previsto para un mes se pone en riesgo un servicio, la adopción de algunas medidas obliga a veces a exponer la seguridad y protección de recursos altamente demandados, pero tampoco podemos perder de vista que aún tenemos reservas…

¿Cuáles? El alumbrado público de la avenida “Sergio Soto”, en más de una ocasión, a las ocho de la mañana, con el sol en medio del cielo, ha estado encendido y el del parque “José Martí” justamente el pasado martes eran las 12 del mediodía y a “alguien” se le había olvidado apagarlo; todavía en varios centros laborales a las once hay quien quiere seguir con la computadora encendida y no precisamente trabajando; y por si fuera poco, particulares que se benefician del abasto de agua a partir de la turbina de una entidad estatal, piensan que no tienen que ahorrar y pueden dilapidar, porque sencillamente los gastos no sale de sus bolsillos.

En los horarios pico coincide la alta demanda del sector residencial con las labores de las grandes industrias… Evitar el despilfarro tiene que convertirse en máxima, salirse de la pancarta, saltar a la actuación… practicar un consumo más responsable e inteligente de la energía que consumimos es tarea de todos. Cuba tiene conciencia de ahorro, pero no hace de ello una práctica cotidiana… ahí está el reto, otro más, pero igual de importante, necesario e impostergable….

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