Tomado de Escambray
Interesantes anécdotas sobre el distinguido revolucionario, con motivo de su centenario, se escucharon en el intercambio sostenido por combatientes de la Revolución cubana con alumnos de la Universidad de Ciencias Médicas que lleva su nombre en Sancti Spíritus.
Con la emoción de quien habla de un amigo entrañable que recordamos en el tiempo, se expresaron del Comandante Faustino Pérez Hernández un grupo de miembros veteranos de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en Sancti Spíritus (ACRC), durante un conversatorio con alumnos de la Universidad de Ciencias Médicas que lleva con orgullo el nombre de ese espirituano ilustre.
José Herminio Castañeda, quien encabezaba el gobierno local cuando Faustino llegó como representante del Comité Central del Partido en la entonces Región de Sancti Spíritus, evocó con emoción cuando, al ir a ver la magnífica vivienda que le tenían destinada, el Comandante hizo un gesto de reproche y sus acompañantes creyeron que era porque la creía inferior a sus merecimientos, por lo que recibieron una gran sorpresa cuando se fue a vivir con su esposa e hijos en una pequeña nave adjunta a la Dirección de la Agricultura, improvisada a la carrera como morada familiar.
Aparte de ese gesto que demuestra el total desinterés de Faustino por la suntuosidad, así como su austeridad y honradez, Castañeda citó que cuando recibió la orden de presentarse a disposición de la dirección del país en La Habana, a Faustino querían hacerle una gran fiesta de despedida “y en cambio él optó por pedirnos que convocáramos a una movilización general para un trabajo voluntario gigante con el fin de impulsar las principales tareas pendientes en el agro espirituano, a la que asistieron más de 2 000 coterráneos y constituyó un éxito tremendo.
“Faustino era —concluyó Castañeda— la persona más seria, más receptiva, más honesta y más sencilla que uno pudiera imaginar”.
Elías Fernández Ulloa, Guayabo, refirió a su vez anécdotas de la presencia de Faustino en Sancti Spíritus y apuntó que quienes tuvieron el privilegio de trabajar a su lado aprendieron a querer y creer más en la Revolución. El veterano luchador dijo que fue allí donde nació su convicción de preferir que antes de que vuelva a Cuba un gobierno dictatorial como el de Batista, que él combatió, que la isla se hundiese en el mar.
Por su parte, Luis Cabrera Pérez, de la dirección de la ACRC en Sancti Spíritus, se refirió al papel destacado de los médicos en la historia de Cuba, como lo fueron el Che, Faustino, Fernández Mell, Sergio del Valle y muchos otros, y recordó que el Segundo Secretario del Comité Central del Partido, José Ramón Machado Ventura, honra la profesión como dirigente, como médico y revolucionario con su incansable labor a pesar de su edad avanzada.
En una breve intervención, el coronel de la reserva Ángel Moreno Urquiza subrayó el sacrificio de aquella generación a la que perteneció Faustino y secundaron miles de cubanos, entre los cuales tuvo el honor de encontrarse él, porque la Revolución hecha junto al pueblo cambió a Cuba, no solo al darle libertad, sino también al impulsar un vuelco a la terrible situación social que enfrentaba en el momento del triunfo, en 1959.
En la que resultó la intervención final, Eduardo González Rodríguez, profesor de la Escuela Provincial del Partido y presidente de la Cátedra Faustino Pérez Hernández, se refirió precisamente al médico que sacrificó su vocación ante la necesidad de asumir otras tareas impostergables para la Revolución.
González recordó que Faustino estuvo años sin su título de doctor, que hubiese podido obtener mucho antes, debido a que no quiso presentar su tesis y que un ministro de la dictadura fuese quien lo firmase, lo que da la medida de su arraigado concepto de la dignidad, subrayó.
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