Por: Sutaina Sotomayor y José Luís García
Hacia 1640 aparece el hato de Cabaiguán, perteneciente a Luis Pérez de Corcha, dueño también del corral de los Guayos, hecho refrendado con la demarcación de las áreas realizadas en 1577.
Según documentos de la época, las tierras de la hacienda Los Guayos pasaron a manos de los sucesivos descendientes de Pérez de Corcha, dedicándose a la cría de ganado vacuno y algunos cultivos.
Durante el siglo XVIII, pese a que la economía del lugar continúa basándose en la cría del ganado vacuno y menor, y el cultivo del tabaco, se produce una especie de recolonización, la hacienda Los Guayos se fragmenta en diferentes fincas y lotes de terreno que fueron vendidas a nuevos pobladores. A finales de esta centuria el área se incorpora al auge de la industria azucarera apareciendo los ingenios Candelaria o La Esperanza y Guadalupe, restos de los cimientos del primero aún se conservan en su antiguo emplazamiento.
Los inicios del siglo XIX, se caracterizó por el establecimiento en los límites con Neiva, Cayajaca y La Fragua, de emigrantes canarios, dedicados al cultivo del tabaco. Como resultado de esto, y el relativo auge económico, comenzó a formarse un caserío que constituiría el futuro núcleo urbano. Así se adquiere un desarrollo cultural impulsado por españoles, canarios y criollos, creándose dos sociedades de instrucción y recreo, La Aurora para españoles pudientes y La Alborada para sectores más modestos. En ambas se impartían conferencias, se desarrollaban recitales, juegos florales y otras actividades instructivas.
Al iniciarse la contienda bélica de 1868 Los Guayos adquieren cierta importancia estratégica para los españoles por ser un lugar de tránsito entre Sancti Spíritus y Cabaiguán. La localidad se fortifica y se trasladan fuerzas peninsulares para combatir a los insurrectos y realizar funciones administrativas, judiciales y militares.
En el mes de marzo de 1869 ocurren los hechos más significativos por “Los Guayos” durante la Guerra Grande, se levanta en armas con una partida insurrecta el espirituano Judas Martínez Moles. En 1878 como resultado de una reforma administrativa fue creado el barrio rural de Los Guayos. Este pueblo crecía, agrupándose las viviendas alrededor de los fuertes españoles, así se crea el juzgado municipal de Tuinucú con residencia en el poblado y comienza a funcionar en 1885.
En el lugar, como resultado de la vocación patriótica de los vecinos y el abandono y opresión por parte de los colonialistas iba renaciendo el espíritu de rebeldía; muchos de los pobladores se incorporaron a la gesta del 1895.
El 30 de julio de ese año, el oficial mambí Juan Agustín Sánchez se une a las fuerzas del General Serafín Sánchez Valdivia. Su audacia le vale el ascenso a Comandante. Este insigne patriota dirige la toma de Los Guayos por los mambises, donde se le prendió fuego a parte del poblado.
Al iniciarse la primera intervención yanqui el barrio Los Guayos contaba con 2077 habitantes según datos del juzgado de 1899.
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