Los ecos de la risa jocosa de Caridad Rodríguez es un premio al trabajo y esfuerzo de hombres y mujeres de radio

Por: Hugo Crespo Crespo
El reloj de nuestra emisora La Voz de Cabaiguán daba las 12:10 pasado meridiano y comenzaba la salida al aire del programa de Joven a Joven, hasta cerca de la una de la tarde.
El espacio con guión de Yaikel Arias, quien también realizaba la locución junto a otros compañeros, llegaba hasta los radios receptores de hogares y centros de trabajo, desde los cuales, la comunicación se hacía efectiva y recíproca, a través del canal telefónico 41 66 37 75 que no dejaba de sonar desde el inicio del programa.
Jóvenes, adolescentes y niños, en menor medida y adultos y personas de la tercera edad, en su mayoría, eran los protagonistas de cada emisión, en las que la interacción entre emisor-receptor se hacía cada vez más fuerte.
Tal fue así que se ideó realizar un concurso, el cual para premiar a los ganadores, se convocaba a una gala nocturna, en la casa de cultura Arturo Alonso Díaz con el acompañamiento del talento artístico local, logrando así una alianza muy estrecha entre el colectivo y sus oyentes.
Por otra parte el otrora proyecto artístico cultural El patio de Tila, idea de Osbel Ramón Díaz, fue escenario de un encuentro con todos los asiduos oyentes del programa, una gran fiesta que dejó gratos recuerdos para la posteridad, donde aquellos que sólo se conocían mediante la voz, en ese momento su presencia dejaba marcado ese encuentro.
Entre los oyentes que eran puntuales cada día en el espacio, recordamos a varios de ellos, la lista de nombres y teléfonos casi llenaban cuatro hojas de una agenda. Uno de ellos se caracterizó por su risa, carisma, bondad y simpatía: Caridad Rodriguez.
Cary, era de esas personas que se desprendía de todo lo que hubiera a su alrededor cuando de escuchar la radio se trababa. En su hogar junto a las labores hogareñas y en la cocina, su radio era uno más de la familia.
Llegada desde Guaímaro, Camagüey, a Cabaiguán, y unida a José Segredo Ruíz, Caridad, hizo de su hogar un puente de amistad entre este y La Voz de Cabaiguán.
José o Joseíto, su esposo, un hombre de altos valores humanos, sencillez y solidario, llegaba de vez en vez a la emisora, con el extraordinario café que sabía colar, junto a dulces y otros obsequios, como esa madre que atiende a los suyos. Bien sabía Cary, que para nosotros ella tenía ese rol, porque sin pedirlo, se lo había ganado.
Cada día, sus carcajadas, nos alegraban la tarde, cuando se equivocaba más reía y cuando ganaba, agradecía, pedía su canción favorita de Domingo Lugo, Lamparita de noche y finalizaba con su risa contagiosa.
Su casa estuvo siempre a disposición de este colectivo. Las atenciones eran desmedidas, como si llegara la corte real al palacio, era tanto lo que fortificaba su espíritu nuestra presencia, que era difícil estar una o dos horas, no bastaba; y una mesa servida como manjar de repente encontrabas en la escena.
De aquí no se va nadie, vamos a disfrutar en familia. Así nos decía y a pesar de la resistencia ofrecida, tanto ella como Joseíto, eran inexpugnables.
La sobremesa era entonces lo que seguía, entre cuentos, una conversación franca, amena y sincera, invadía el espacio. Las horas pasaban y era casi imposible dejar una compañía, que aliviaba cualquier tensión.
Por eso a Caridad Rodríguez, la recordaremos en nuestra emisora, con la alegría que siempre nos transmitió, con esa gracia natural y esa bondad a flor de piel que demostró para el colectivo.
Lo mismo para su esposo Joseíto, ya fallecido, quien, supo entender y actuar al unísono, junto a ella, con la misma pasión y devoción que demostraron durante su unión como pareja.
Ya, cuando se acerca el aniversario 21 de esta planta radial, Caridad Rodríguez, estará entre los símbolos de la audiencia de una emisora, que ha tenido en sus oyentes, el mayor premio en más de dos décadas de existencia, razón por la cual se ha logrado el respeto, admiración y reciprocidad entre su colectivo y el pueblo que espera de nuestra programación el mejor regalo de cada día, basado en los principios y códigos que rigen la labor de este medio de comunicación en el pais.
Los ecos de la risa jocosa de Caridad Rodríguez, es un premio al trabajo y esfuerzo de hombres y mujeres de radio que han tenido en su ejemplo y en otros actuales, la razón de ser y la válvula de escape de la verdad y del compromiso con ellos: nuestros oyentes.
Para ti Cary, por eso, siempre estará encendida tu Lamparita de noche, tu canción preferida.