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La Artística: una fábrica que dejó su huella en Cabaiguán

La Artística, como se denominó la fábrica, tenía alrededor de siete trabajadores, incluyendo a Enrique Sanz Mateu, quien junto a su socio Abraham, esparció la huella de su arte por innumerables superficies hogareñas

3 Fabrica de Mosaicos de Enrique Sans. Finales de la decada del 40
Fábrica de Mosaicos de Enrique Sans. Finales de la década del 40

Por: Daisy Pilar Martín Ciriano

El territorio de Cabaiguán ha sido siempre lugar apropiado para aquellas personas que buscan la prosperidad y la bonanza.  Esta máxima se ha cumplido desde los primeros años de su formación como poblado, cuando apenas tenía una treintena de viviendas. Emigrantes de diversos países arribaron desde inicios del siglo XX a estos parajes y muchos de ellos, se quedaron aquí para siempre.

El mayor número de estas migraciones llegó desde las Islas Canarias y de diferentes regiones de España. Precisamente, desde Cataluña llegó Magín Sanz en 1913. Instalado en Cabaiguán reclamó, cuando pudo, la presencia de su esposa con sus cinco hijos y se dedicó al oficio de herrero. Por esos tiempos los campesinos de las sitierías se trasladaban al pueblo a caballos, ya que este era el medio de transporte más usado. En 1938, nació su hijo menor, al que nombró: Enrique, sin siquiera imaginar que aquel niño marcaría un hito en el territorio con la confección de pisos y bancos de granito.

Instalado en el mismo solar donde su padre había tenido la herrería Enrique comenzó la confección de mosaicos con dibujos y colores para pisos de cemento y la construcción de bancos y pisos de granito. La Artística, como se denominó la fábrica, tenía alrededor de siete trabajadores, incluyendo a Enrique Sanz Mateu, quien junto a su socio Abraham, esparció la huella de su arte por innumerables superficies hogareñas, incluyendo los sobrios bancos colocados en el paseo, el parque, la glorieta de La Virgencita, la Clínica Marqués y otros espacios citadinos del territorio.

A más de un siglo de distancia, la huella de Sanz Mateu aún puede palparse en el territorio y a pesar de que en la restauración de varios espacios se han realizado sustituciones necesarias, cada pieza rescatada de guarda como una especial reliquia en el Museo Municipal como o una manera especial de preservar el patrimonio histórico local.

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