El bienvestido y la campanilla son de las plantas silvestres que no esperan la lluvia para regalar sus flores a las abejas
Por: Daisy Martín Ciriano
A pesar que la lluvia desaparece en los últimos meses del año y los primeros del entrante, hay plantas que exhiben solo por esta fecha su creciente florecimiento.
No importan los escasos aguaceros que ciernen los frentes fríos para detener su floración. Solo algunas, como el mango, sufren la pérdida de sus flores recién abiertas y comprometen su futura producción; que solo las salvan las sucesivas floraciones ventureras. En cambio, el aguacate común, continúa en desarrollo y logra cuajar gran número de sus frutos, los que luego dependen de los vientos que discurren en cuaresma.
Pero entre estas plantas que florecen durante este tiempo, se encuentran otras que no son frutales, como el bienvestido. Este árbol, de tronco duro y deformado que se utiliza generalmente como plantío de cercados por su resistencia ante las sequías, por su profunda y leñosa raíz que se aferra a la tierra y por sus flores. El también conocido como matarratón es uno de los mayores aportadores de miel para las colmenas. Sus pequeños ramilletes rosados son muy visitados por las abejas y coinciden por este tiempo con otras plantas como el eucalipto, la varía, la campanilla, el mango y el aguacate, por solo mencionar algunas.
Una de las mejores mieles que se recogen son las de este período, a decir de los apicultores y otros campesinos que solo poseen alguna que otra colmena en su finca. Esta miel es muy fina y blanca, más bien transparente, pero posee un dulzor especial que la diferencia del resto de las mieles que se recogen en el año. La miel tiene propiedades nutricionales elevadas, así como otros atributos beneficiosos para la salud, por lo que en Cuba desde tiempos remotos se posee la cultura por parte de los campesinos y del estado de fomentar su desarrollo.
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