lunes, abril 29El Sonido de la Comunidad

La sequía aprieta las ubres en Cabaiguán

Por estos días los más experimentados en la observación durante su labor, aseguran, que este año “la sequía será larga”

sequía

Por: Daisy Martín Ciriano

La vida de los campesinos, su estrecho vínculo con la tierra y el fervor que ponen para el  logro de cada cosecha, le ha llevado al conocimiento de las más sutiles manifestaciones de la naturaleza. Por estos días los más experimentados en la observación durante su labor, aseguran, que este año “la sequía será larga”, otros dicen, que según las nubes anuncian “el agua está lejos”, son solo criterios, los que con el transcurso de los venideros meses dirán la última palabra.

Lo cierto es que los que cogieron las cabañuelas, afirman éstas solo pintaron agua para los meses de mayo y agosto. Mientras, la sequía se manifiesta cada vez más cruda en el territorio. Los pastos, se han convertido en pura yerba seca, la que el fuego por accidente pudiera convertir en columnas de humo. A todo esto se suma la escasez de forraje que debilita la producción lechera.

Las grandes vaquerías y los pequeños grupos que poseen algunos campesinos y del sector estatal, disminuyen a diario su producción. El precioso líquido se torna cada vez más denso, que en otro período del año, es que su pureza resulta extrema: las vacas están dando lo último, aseguran sus propietarios.

Los campos, resecos y polvorientos esperan que el sol se oculte para refrescar su superficie, pero ni aun así, pueden lograr que entre sus surcos broten las plantaciones sin recibir un rocío de agua. Solo los regadíos mecánicos logran que algunas cosechas sobrepasen el período.

Gran esfuerzo realiza el campesino y su familia. De igual se esfuerzan los animales para adquirir alguna minucia verde para remoler ahora y rumiar en el horario nocturno. Es un esfuerzo de todos por la supervivencia. Los ríos y arroyos han mermado cuantiosamente su caudal y los peces se agrupan en charcas. Y aún faltan los críticos meses de marzo y a veces abril, para que rompa la primavera.

Esperemos que este año, algunas premoniciones campesinas se equivoquen y que las lluvias aparezcan más temprano, porque ni los nortes de semillero fueron puntuales y pertinaces en los primeros meses. Solo con la llegada de las lluvias, cesarán las carencias de leche, viandas, flores y granos. Los campos se tornarán verdes nuevamente y se esforzarán con la germinación de cuanta semilla caiga entre sus surcos.  

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