domingo, junio 15El Sonido de la Comunidad

Maceo y Che, presencia en Cabaiguán

Quiso la historia que Antonio Maceo y Ernesto Che Guevara nacieran el mismo día 14 de junio, quienes, separados en el tiempo, siempre les unió un sentimiento común: liberar a su Patria

Maceo y Che
El Titán de Bronce siempre mantuvo su valentía hasta los últimos momentos de la vida.

Por: Hugo Crespo Crespo

Afirmo como investigador, que otros territorios de Cuba, como Cabaiguán, tuvieron la suerte de tener la presencia de Antonio Maceo y Ernesto Guevara en diferentes momentos de la Historia de Cuba.

El Titán de Bronce y el Guerrillero Heroico, dejaron sus huellas en varios sitios de la geografía local, el primero durante la colonia y el segundo en la última etapa liberación nacional y posterior al triunfo de la Revolución.

Según el historiador cabaiguanense, Rogelio Concepción Pérez, el Lugarteniente General mambí, llegó a esta tierra durante los días de la invasión a Occidente en 1895 junto al Generalísimo Máximo Gómez Báez. Después de cruzar tierras taguasquenses la columna invasora prosiguió luego la marcha rumbo al sur por la parte oeste de Cabaiguán bordeando las orillas del río Calabazas, en cuya travesía y cerca de la Loma de la Campana de Cabaiguán se le incorporó José Miguel Gómez, produciéndose en este lugar, algún amago del enemigo que le hizo algunos disparos desde la zona de Calabazas.

Acamparon ese día en Santa Lucía en la finca Las Pozas, era el 8 de diciembre de 1895, donde se encontraría el Mayor General Serafín Sánchez junto a otros oficiales cabaiguanenses entre ellos Rafael de Jesús Sorí Luna en la finca El Socorro, con la columna invasora que dirigían   Gómez y Maceo.

Ambos caudillos hacen correr la voz de alarma, primero cuando acampa el 6 en Remate y dos espías son condenados a muerte, indultándolos el General Maceo para que anunciasen el paso de la invasión y el otro estando en Las Pozas, el 8 de diciembre donde tuvo lugar una entrevista entre Maceo y el Prefecto Judas Martínez Moles quien a pesar de ser autonomista convencido le confirma seguir al lado de la Revolución.

Luego sucedería un hecho glorioso,  siete  días después en Mal Tiempo, el 15 de diciembre de 1895, que de haberse fraguado pudo hacer sido funesto para las armas cubanas, pues el entonces capitán Rafael de Jesús  Sorí Luna,  es de los hombres que pelean al lado del General en Jefe y tiene la suerte y el privilegio de ser el combatiente que de un certero tajo de machete derriba el cuerpo del militar español que apunta casi a boca de jarro, sobre el General Máximo Gómez, salvándole la vida milagrosamente al dominicano.

Por su parte el Che tuvo en Cabaiguán una retaguardia segura y contó con los avituallamientos que necesitó la Columna No. 8 desde su arribo. Así se da a conocer en un artículo que aparece en el Cuaderno de Historia cabaiguanense Tomo I, de los autores, Hugo Crespo Crespo y Mario Ramón Rodríguez Valero, en el cual se alega que recoger y enviar equipamientos de cocina y otros medios para la elaboración de los alimentos en las condiciones de la guerra en la región fue una tarea esencial. Todos salieron de la antigua ferretería La Bomba, de José Fernández Borbón, y de La Lonja, de Severino González Lamela, El asturiano.

A los guerrilleros se les aseguró el calzado necesario, se les hizo llegar por varias vías, tanto por Santa Lucía, Fomento, El Pedrero, así como por Güinía de Miranda.  El mismo se almacenó en la peletería La Defensa, de Fernando Sosa Alfonso y en una pequeña tienda al lado de la fonda del Chino Manteca, nombrada La República.

La figura del Guerrillero Heroico se mantiene en la memoria de los hombres y mujeres de todo el mundo.

Los alimentos necesarios se encontraban en la tienda de Los Hondal, mientras otros estaban en la de Modesta Magdaleno Martín, en la zona de Mota.

Se habían depositado medicamentos en la farmacia de Prieto, donde laboraba Félix Hurtado Manso, en la farmacia Lasaga, en la que Carlos Brito Rodríguez colaboraba con proclamas y manifiestos y en la Iglesia Presbiteriana. Todos fueron trasladados a la tienda de Modesta.

En cuanto al vestuario, fundamentalmente los uniformes, a primera hora ya estaban listos. Después, se compró en la tienda de ropa La Habana de Sancti Spíritus el caqui verde olivo existente y se trasladó para Manacas Ranzola. Fue necesario buscar hilos, dedales, agujas, botones, y encargar a Gladis Viera Díaz que se trasladara para la montaña y cumpliera esta tarea.

A esta compañera se le envió a la unidad móvil que tenía la Iglesia Presbiteriana, y que sirvió de salón de operaciones de campaña, donde intervinieron Carlos Pérez Hernández, Iselda Palomino Lorenzo, Maximino Vázquez Pérez, Rafael González Iglesias fue quien la trasladó con sus equipamientos y los medicamentos necesarios.

Para editar la propaganda de la columna en forma de boletines, participó la compañera Rosa Castillo Valdivia , la cual acompañó a Elio Álvarez García, encargado del traslado y, entre ambos, cumplir esta misión, para la cual llevaron tinta y papeles suficientes.

Otros aspectos que contribuyeron al apoyo de la lucha de la columna guerrillera No. 8 Ciro Redondo fueron las donaciones que se obtenían en las tabaquerías y chinchales, para enviar a la tropa semanalmente; el papel desempeñado, por encargo del Partido Socialista Popular, por los compañeros Mateo Correa Martín, Juan Fleites González y su esposa Julia García Meneses, para organizar el recorrido de Camilo Cienfuegos hasta El Pedrero con parte de su estado mayor para entrevistarse con el Che y apoyarlo en medio de la ofensiva del ejército de la tiranía.

La red creada en Cabaiguán, ayudó a los integrantes de la tropa del argentino, tuvieran la información necesaria acerca de los movimientos del ejército de la tiranía. En algunos lugares se tomaban las azoteas de los edificios, las cuales eran revisadas todas las tardes, como fue en los altos de La Revoltosa, en la escogida de Nene Cuervo y en casas a la salida hacia Santa Lucía.

Cuando se produjo la ofensiva del ejército batistiano y al establecerse esta tropa en la calle Natividad, hoy Avenida de La Libertad, se le fueron suministrando los datos por varias vías a las fuerzas rebeldes: el número de medios que traían, como tanques, tanquetas, ametralladoras, bazucas; aproximadamente la cantidad de jefes y soldados que venían, etc.

La red de información y recepción creada desde el pueblo de Cabaiguán, el poblado Santa Lucía y la tienda ubicada en la RHC —tanto por Luis Cruz Pérez, su dueño, junto a Blanca González Barreto, su esposa; así como los campesinos Ángel Martín Vasconcelos, su hermano Melanio, hasta lo más intrincado de Mota, garantizaron una vía segura para trasladar hombres, recursos e informaciones

Otro de los aspectos a destacar en el apoyo al Che en esta zona, fue la operación realizada en la refinería Sergio Soto Valdés, donde neutralizan al americano William K. King, dueño de esta industria, para llevarle las armas, camionetas y combustible a la tropa del Che, acción ejecutada por Leonardo Galdós Ranzola, (Koki), y Santiago Cápiro Valdivia, los cuales se trasladaron hasta el macizo montañoso Guamuhaya con estos equipamientos.

La participación de varios cabaiguanenses en los derribos de los puentes de Falcón, Calabazas y La Trinchera fue decisiva, con vistas a cumplir la orden de interrumpir el tránsito, por la Carretera Central, de medios y tropas enemigas. Esto logró el objetivo de dividir el país en el centro de la Isla.

A partir del día 5 de diciembre de 1958, rechazada la ofensiva del ejército de la tiranía, el enemigo nunca más pudo llegar a la zona de Santa Lucía, donde permaneció el Pelotón de Vanguardia al mando del capitán Manuel Hernández Osorio.

El papel desde la llegada del Che, y mucho antes, que jugaron María Luisa Romero Fernández, (Deyanira); Abilio Magdaleno Martín y Rubén Eliodoro Viñas Medina, en la máquina de este último para trasladar hombres, armas, mensajes y recursos de todo tipo a cualquier día y hora, fue otro ejemplo de apoyo.

A finales del onceno mes del año 1958, tropas del Che atacan la Refinería y con excepción del cuartel tomaron toda la noche el pueblo. La planta de emisora local Radio Cubanacán, así como la pizarra del Centro Telefónico fueron trasladadas a Caballete de Casa.

El 4 de diciembre de 1958 cae gravemente herido en combate y fallece este mismo día Sergio Soto Valdés, en la Finca Limones cercano a Santa Lucía, miembro de la columna 8 Ciro Redondo, en enfrentamiento a las fuerzas de la tiranía.

En la toma de Cabaiguán, el Che se sufre una luxación un brazo izquierdo al saltar la tapia de una vivienda cerca del cuartel, en la calle Valle, hoy avenida Sergio Soto. El doctor Ramón Alemán López le coloca el yeso y continúa dirigiendo la difícil acción contra la fortaleza local, última fortaleza de la tiranía donde él en persona logra la rendición.  Ya en horas de la madrugada del día 22 Cabaiguán era liberado.

Después el 8 de febrero de 1959, Ernesto Guevara, recibió el pergamino que lo convertía en ¨ Hijo adoptivo de Cabaiguán ¨Antonia María Hernández López, Toña, y su esposo Hipólito Félix Brito López, que con su ejemplo personal de lucha y de combate se ganaron el derecho de hablar con el Che para la propuesta de hacerlo Hijo Adoptivo y que este lo aceptara, constituyó un elemento decisivo y de confianza depositada en este matrimonio con prestigio, nivel cultural y moral puesta en práctica en aquellos años de sacrificio y disposición combativa.

En el momento de concederle el pergamino de ¨Hijo Adoptivo de Cabaiguán¨, en el Ayuntamiento Municipal, hoy Policlínico I Comandante Faustino Pérez Hernández, se encontraban, junto al pueblo, sus representantes. De este acontecimiento se dejó evidencia fotográfica.

Después un grupo de investigadores y museólogos deciden con la colaboración de la Dirección del Museo Municipal, el Sectorial de Cultura y Arte y el Centro Penitenciario Provincial, realizar desde el año 2003,  el Evento Anual Che, Hijo Adoptivo, único de su tipo en el país,  el cual ya deja de realizarse en 2025 y pasa a otra modalidad para recordar la fecha.

Antonio Maceo (1945) y Ernesto Guevara (1928), nacidos en tierras y fechas distantes, Cuba y Argentina respectivamente, dejaron en Cabaiguán, una huella en la memoria histórica de este pueblo, demostrada en hechos, documentos, sitios y fuentes vivas,  que ofrecieron sus testimonios y vivencias durante los días gloriosos de la presencia de ambos guerrilleros  en esta demarcación.

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