El pequeño gigante Roberto Rodríguez Fernández, El Vaquerito, siempre estuvo consagrado a las causas justas y a favor de su Revolución

Por: Hugo Crespo Crespo
El nombre de Roberto Rodríguez Fernández, El Vaquerito, es bien conocido en Cabaiguán. Muchos alegan que vivió en este pueblo; pero mi agenda de investigación no ha podido dar con la verdad.
Lo que, sí es cierto, es que este pequeño gigante, supo dejar en esta tierra sus huellas bien marcadas, en los días de liberación del territorio en el mes de diciembre de 1958, bajo las órdenes de Ernesto Guevara, quien dirigía la columna número 8 Ciro Redondo.
Una de las acciones de este hombre quien semejaba a un vaquero por su forma de vestir, botas y atuendos de guerra, quedó marcada en la antigua vivienda de Eulogio Crespo, hoy sede el PCC en el municipio, cuando subió por una escalera trasera del inmueble para neutralizar a un franco tirador. Hoy en el sitio se puede comprobar la acción mediante la colocación de una tarja.
Después del avance de la invasión por el centro al mando del Guerrillero Heroico y Camilo por el norte de Yaguajay, se produce la connotada Batalla de Santa Clara, donde Roberto Rodríguez dirigía el Pelotón Suicida de la tropa rebelde, con acciones riesgosas, al cual se le asignan varias misiones entre ellas, la toma de Caibarién. Cayó en combate un día antes del fin de la guerra, el 30 de diciembre de 1958, durante la Batalla de Santa Clara cuando lideraba el ataque a la estación de policía de esa ciudad. Al conocer que habían matado al capitán del Pelotón Suicida, el comandante Ernesto Guevara exclamó: “Me han matado cien hombres”
Las hazañas de este hombre de menuda estatura, las conocí mediante las clases de Historia, pero no fue hasta el preuniversitario ubicado en la zona de Tres Atejes, que llevó su nombre, que no interioricé en su vida y obra. Esta institución docente, primero fungió como escuela vocacional, después como preuniversitario y culminó siendo politécnico pecuario, hasta su cierre.
En Cabaiguán existe además un micro parque en la zona del otrora instituto pedagógico, entre las calles Silverio Blanco y Nieves Morejón, que lleva su nombre. No obstante, muchos no saben identificarlo con su mote, sin embargo, otros afirman que fue por allí donde residió un tiempo.
No obstante, a estos sitios que recuerdan la impronta del capitán del Ejército Rebelde, existe en el repertorio del cantor de los pueblos, el avileño Arturo Alonso Díaz, aplatanado en Cabaiguán, un tema dedicado a El Vaquerito, en el que describe toda la grandeza de este combatiente.
El Vaquerito, nació el 7 de julio de 1935 en la finca El Mango, zona de Perea en la antigua provincia de Las Villas, hoy Sancti Spiritus. A los once años se marchó donde consiguió empleo en un bar y una fonda después de varios empleos mal remunerados como repartidor de leche, estibador, ayudante de tipógrafo, vendedor ambulante, boxeador e ilusionista.
En 1957 llegó a la Sierra Maestra desarmado y descalzo, acompañando de otros guerrilleros. Al principio no fue aceptado por su pequeña estatura y aspecto enfermizo, pero cuando le habló al jefe de la Revolución, de inmediato fue atendido e incorporado a la tropa. La vestimenta y zapatos que le ofrecieron semejaban a la de un vaquero, por eso fue apodado El Vaquerito.
Después se le aceptó en las filas de la Columna 8 Ciro Redondo y en julio de 1958 se le confirió el mando de varios hombres. Por su arrojo personal y el de sus hombres, el comandante Ernesto Guevara, jefe de la Columna 8, comenzó a llamar a su unidad “Pelotón Suicida”, con quien escribió brillantes proezas.
Desde diciembre del 2009, sus restos se encuentran con los demás caídos durante la Guerra de Liberación en el Mausoleo dedicado al Frente de Las Villas, muy cerca de donde descansan los restos del comandante Ernesto Guevara y sus compañeros de la guerrilla boliviana.