Fayad Jamís Bernal, se ganó un lugar muy especial en el poblado de Guayos, al cual siempre quiso regresar después de partir hacia otros lares del mundo

Por: Hugo Crespo Crespo
En su amplio ámbito cultural, el poblado de Guayos, guarda el grato recuerdo de un hombre que a pesar de haber nacido en México, llegó a esta tierra para abonarla con su sapiencia y arte. Fayad Jamís Bernal, se ganó un lugar en este sitio del centro de Cuba, al cual siempre quiso regresar después de partir hacia otros lares, entre ellos Francia, donde anhelaba, volver a este sitio.
El 14 de noviembre de 2014 se depositan en la necrópolis de Guayos, los restos del poeta, pintor, periodista y diplomático, nacido en Ojo Caliente, Zacatezas, México en 1936 y que con solo seis años llegara a la referida localidad.
Veintiséis años después de su muerte, aquellos que supieron de estos deseos y otros que recibieron la información hicieron grandes esfuerzos para cumplir sus sueños.
En Guayos, la impronta de Fayad, siempre quedó entre los lugareños y amantes de la cultura de este pueblo de parrandas y reconocido emporio cultural. Aquellos que junto a él recorrieron cada palmo de esta tierra, defendieron la huella del mexicano, hasta lograr esta petición después de su muerte física.
Tomás Álvarez de los Ríos, Crucelia Hernández, Rafael Garriga Tejera y otros, quienes conformaron el grupo cultural de Guayos, junto a él, abogaron siempre por esta idea que para lograrla, no fueron pocos los contratiempos que sortearon otros que cumplieron los designios de estos amigos y compañeros de las artes del también llamado Moro o Vagabundo del alba. Entre ellos también estuvo el artista de Mario Félix Bernal.
Pero un primer paso para contar con la presencia de Fayad en Guayos, fue develar un busto el 25 de octubre de 2010, con motivo de la celebración de la Jornada Nacional de la Poesía, que se le dedicaba y tenía como subsede a Sancti Spíritus.
Varias actividades conformaron el programa de aquella jornada, entre ellas develar el busto del Moro en el parque José Martí de Guayos. La realización de esta obra fue idea del abogado y escritor José Ramón Crespo Jiménez.
Cuatro años después de este suceso y después de realizar un sinnúmero de coordinaciones y peticiones se llega al colofón de que sus restos estuvieran en Guayos.
En todo estos avatares, que no fueron pocos, se encontraban varias personas realizando las gestiones, entre ellos la promotora cultural Damaris Rodríguez Ramos, La Soñadora, quien puso todo su empeño y energías para acceder a todo tipo de acciones previas en los pasos a seguir para cumplir este objetivo.
Damaris, buscó apoyo y autorización de la familia de Fayad, entre ellos su hija Rauda y sus sobrinos Alba y Alex, se apoyó en expertos, especialistas en varias materias forenses, espeleología, antropología, médicos y de todos los que simpatizaron con esta idea.
Hasta la necrópolis de Colón en La Habana, llegaron, comenzó la ardua investigación hasta que se logra el resultado esperado, después de dos años de intenso trabajo.
Llega entonces un día como hoy pero 2014, y Fayad, el autor de Por esta libertad, Con tantos palos que te dio la vida, Brújula y Poema a La Habana entre otras obras, vuelve a su Guayos querido para acompañar a sus eternos amigos en este viaje a la inmortalidad, donde su impronta ha quedado, sin lugar a dudas con más arraigo y cariño en Guayos, tal vez más que en su propio país natal, La Habana o París.
A Fayad entonces, escribí un día, y como parte del Cuaderno de Guayos Tomo II que escribí y tuve el honor de presentar en un Coloquio de la cultura guayense, incluí este poema, a quien dejó influencias positivas en cada ser humano que ame lo bello de la vida, la sencillez y la humildad.
A Fayad Jamís (autor Hugo Crespo Crespo)
Desde tierra mexicana,
llegaste a Guayos un día,
levantando la hidalguía,
de una manera muy sana.
Tu padre un libanés,
tu madre una mexicana,
llegaron a tierra cubana,
con humildad y con fe.
No fue la suerte tal vez,
sino las vicisitudes,
las que otras latitudes,
a ti quisieron tener.
La plástica quiso ser,
dueña de tus fantasías,
y por siempre tú querías,
el arte verlo crecer.
Poeta y periodista,
también fuiste dibujante,
compañero y caminante,
diplomático y artista.
Pareces ese cubano,
impregnado del amor,
que lucha con esplendor,
por su suelo soberano.
Fuiste también a París,
Estuviste en otras tierras.
odiaste las crueles guerras,
y amigos dejaste aquí.
En aquel país de sueños,
nunca olvidaste a Guayos,
sin tapujos y desmayos,
ibas con él en tu empeño.
Hombre que amó la verdad.
desde su postura honrosa,
quien contemplaba una rosa,
y creyó en la libertad.
Esa que nunca jamás,
renunciar a ella podía,
no solo en su poesía,
sino en toda su altura,
y ahora en su sepultura,
ya de Guayos forma parte,
a defender nuestro arte,
y a enriquecer la cultura.