El paseo fue inaugurado en 1931, con casi medio kilómetro de largo y dividido en dos secciones. Su primer nombre fue Carlos Miguel de Céspedes

Por: Hugo Crespor Crespo
El 18 de agosto de 1960, uno de los comisionados de Cabaiguán, nombrado René Dorta Serrano, anunció por medio de un volante, el cambio de los nombres de las calles de la ciudad cabecera, por el de los mártires del territorio y de otros reconocidos patriotas a nivel de país.
Por solo citar algunos ejemplos la calle Valle, comenzó a nombrarse avenida Sergio Soto Valdés, la calle Natividad, hoy es la conocida como avenida La Libertad y el paseo y por ende la calle que lo acompaña desde un extremo a otro del pueblo, se le llamó Camilo Cienfuegos.
Esta reconocida obra pública, la única que divide la carretera central en el país, tuvo varios nombres durante su historia, después de su inauguración el 24 de febrero de 1931.
Antes para establecer este espacio público y primero la carretera central, hubo que realizar varias gestiones con el gobierno del país en ese momento para que la importante vía atravesara a Cabaiguán, ya que la idea no planteaba tal decisión.
En Historia de Cabaiguán Tomo III, de Rogelio Concepción Pérez y en un artículo de Mario Luis López Isla en el texto Cabaiguán 200; Cultura y tradición, se plantea que teniendo en cuenta el florecimiento del poblado en algunos aspectos económicos, sociales y políticos, José Chamán Milla, libanés radicado en la ciudad, junto al ingeniero Manuel Coroalle y parte de la burguesía local interesada en la gestión, tuvieron la idea de que dicha carretera pasara por el poblado.
Ambos se trasladaron a La Habana, en compañía del representante de la Cámara Pastor del Río, natural de Cabaiguán para entrevistarse con el Ministro de Obras Públicas, Doctor Carlos Miguel de Céspedes, quien después de escuchar criterios accedió a tal petición, alegando que debía visitar el lugar para observar la obra que se iba a realizar y sus condiciones. Los cabaiguanenses de entonces añoraban que la amplia avenida de Placetas que atravesaba el centro urbano se convirtiera en un paseo al estilo Prado habanero.
Después de varios intentos y logrado este propósito la obra fue ejecutada a partir de 1928. La entrega del terreno se realizó en un festín en la Finca Margarita, ubicada en Punta Diamante, que pertenecía a Chamán, donde asistió el Ministro, el cual fue recibido por el alcalde Arturo Martínez Fortún y numerosos hombres de negocios del lugar.
Según algunos testigos del trascendental momento, el libanés Chamán Milla, se le acercó al funcionario y le entregó a nombre de los cabaiguanenses, un cheque por valor de 4 mil pesos a manera de agradecimiento.
El paseo fue inaugurado en 1931, con casi medio kilómetro de largo y dividido en dos secciones. Su primer nombre fue Carlos Miguel de Céspedes.
Después de la caída del gobierno de Gerardo Machado en 1933, le fue retirado este nombre por voluntad popular por el de Pío Álvarez, estudiante de nombre Antonio, asesinado por esbirros de la tiranía machadista, el 4 de enero de 1933.
El 8 de septiembre de 1937, al fallecer en funciones el alcalde Rodolfo Benítez, se le llamó con su nombre, hasta el 18 de agosto de 1960, fecha en la que recibe su nombre actual Camilo Cienfuegos, al igual que todo el tramo de la carretera central.
Por su ubicación al centro de la ciudad y su frondoso arbolado, el paseo Camilo Cienfuegos, es lugar de reunión y descanso de las familias que residen en la avenida y de otros sitios. En él también se han realizado algunas actividades durante las fiestas populares y la semana de cultura, por varios años fue la sede de la feria agropecuaria y gastronómica, con otras opciones, incluyendo un punto fijo para la peña de decimistas Jesús Pérez Sosa en uno de sus extremos hacia la salida hacia Punta Diamante, actividad esta trasladada hacia otra calle, debido al deterioro que ocasionaba a la obra.
Además sirve como punto de espera a muchos viajeros que se trasladan hacia el occidente u oriente del país, al estar enclavada en una de sus arterias la terminal de ómnibus nacionales, otrora biblioteca-museo Chamán Milla.
Frente a las dos avenidas que cubren el área del paseo cabaiguanense, se encuentran importantes centros sociales e instituciones estatales y de TCP, así como en uno de sus extremos hacia el oriente del país, se ubica la escultura del Comandante Faustino Pérez Hernández, esculpido por Telvia Marín Mederos, obra que se conjuga a la izquierda, con el centro que atesora documentos y fotos del insigne revolucionario, junto al busto de su hermano Carlos, obra de la propia artista Marín Mederos y al otro lado de la derecha de la arteria La Lonja, donde Faustino brindó al café de la victoria.
En 2014 esta obra fue reparada y se cambiaron sus antiguos bancos por otros confeccionados de granito en la fábrica de Carlos Miguel Alonso Cruz, también hubo intentos fallidos de colocar faroles del tipo colonial, en dos ocasiones, así como los cestos para recoger los desechos sólidos y su césped, lo que aún no tiene las condiciones requeridas para esta joya parte de lo material e identitario de nuestra localidad.
El paseo Camilo Cienfuegos, a 65 años de recibir el nombre del Señor de la Vanguardia y a 94 de ser construido, aclama por un mejor tratamiento y conservación para recibir el centenario del municipio en 2026.
Hoy su limpieza nos es la más idónea, a pesar de los esfuerzos que en él realizan los trabajadores de servicios comunales, la desmedida proliferación de desechos de papel y recipientes derivados a comestibles de los puntos de venta se esparcen por doquier, a pesar de que los dueños de los establecimientos han colocado cestos para estos fines, pero no son tenidos en cuenta por quienes disfrutan de las bondades del lugar y por otra parte su iluminación es deficiente.
Nuestro paseo, espera ansioso ser declarado patrimonio local y lucir mejores galas para su próximo aniversario 95 y a su vez recibir la añorada actividad de cien títulos cabaiguanenses en el centenario de la municipalidad. Esta obra nos identifica y nos enorgullece como cabaiguanenses, entonces hagámosle la reverencia que merece, cuestión en la que como ayer, aquellos, hoy todos, debemos impulsar.