martes, diciembre 30El Sonido de la Comunidad

Raúl Sancho Valladares y su admiración por Cabaiguán (+ Fotos)

Raúl, es el hijo menor de Florentino y María, quienes tuvieron otros cinco hijos, entre ellos Gladys, Nilda, Idolidia, Noel y Rigoberto, una familia que se caracterizó y así lo ha hecho posteriormente, por la honradez, los altos valores, la responsabilidad, la igualdad, la laboriosidad y el ejemplo

Raúl
Raúl Sancho durante su más reciente visita a Cabaiguán.

Por: Hugo Crespo Crespo

Siempre es muy grato volver a las raíces, porque donde uno creció y estudió ese es el lugar que uno va a llegar en su corazón y  donde quiera que esté y si me preguntan de dónde soy, siempre digo que soy de la antigua provincia de Las Villas, actual  Sancti Spiritus, pero de un pueblo muy querido que se llama Cabaiguán. Así se expresa un hombre de amplia cultura, sencillo y con una educación que exhibe a flor de piel.

A pesar de haber nacido en 1943 en Cruces, actual provincia de Cienfuegos y residir en la actualidad en La Habana, Raúl Sancho Valladares, siempre siente un profundo regocijo y añoranza, regresar a esta tierra donde creció, cursó sus primeros estudios, trabajó, y donde dejó un probado cariño por varios amigos y familiares queridos.

Raúl, es el hijo menor de Florentino y María, quienes tuvieron otros cinco hijos, entre ellos Gladys, Nilda, Idolidia, Noel y Rigoberto, una familia que se caracterizó y así lo ha hecho posteriormente, por la honradez, los altos valores, la responsabilidad, la igualdad, la laboriosidad y el ejemplo.  Así lo refiere Raúl, quien alega que a su casa no se podía llegar con ninguna pertenencia u objeto de otra persona, porque eran requeridos y tenían de forma rápida que entregarlo o dejarlo en el lugar donde había sido hallado.

Recuerda con brillo en los ojos y voz pausada que sus padres fueron muy preocupados por la instrucción y la educación de todos sus hermanos, a quienes también cuidaban con esmero y transmitían los mejores hábitos de conducta y convivencia.

De Cabaiguán, recuerda cómo todos tuvieron que trabajar para ayudar al sustento familiar, pero a la vez pudieron cursar estudios, por lo que evoca la peletería La Defensa donde laboró y a sus inolvidables maestros entre ellos a Antonio Acosta, María Alba, Miguel Taño y a Hipólito Brito, entre otros a los cuales respetó y dejaron en él profundas huellas en su formación y conocimientos, los que fueron decisivos en su posterior superación profesional, hasta alcanzar el nivel universitario y poder prepararse en la ex Unión Soviética.

Así, a pesar de ser apenas un niño, tiene vivencias de algunas huelgas que ocurrieron en el pueblo contra la dictadura, en los años cincuenta del pasado siglo, la muerte de Alfredo López Brito, las matinés en el cine de la localidad, el ambiente del emblemático paseo, el mal estado de la escuelita del maestro Acosta, pero a su vez era un sitio donde la calidad de la educación era superior a otros sitios  y la visita al territorio de algunas personalidades de la política de aquella época.

Pero esta vez, Raúl no vino a Cabaiguán con la alegría de otras veces, ahora lo hizo por motivos del fallecimiento del tercero de sus hermanos, Miguel Rigoberto, General de Brigada de la reserva, quien después de su jubilación volvió a este sitio que siempre llevó en sus preferencias.

El General Sancho, como era conocido en Cabaiguán, con un amplio aval en la lucha insurreccional y después del triunfo de la Revolución, quiso el destino que se despidiera de los suyos y de su pueblo en el mes de diciembre, a pocos días de conmemorar el aniversario sesenta y siete de la muerte de otro de sus hermanos, Noel Mariano, hecho ocurrido en la toma de Cabaiguán, el 21 de diciembre de 1958.

Aquí entre los Sancho Valladares, Raúl estuvo algunos días del último mes del año 2025, donde asistió al sepelio de su hermano Rigoberto y supo del homenaje a su hermano Noel, tributado el día 22 diciembre, durante la conmemoración de la liberación del poblado, jornadas en las que no faltaron el abrazo y visitas de personas por quienes guarda una gran admiración.

Allí en casa de su nonagenaria hermana Nilda y su sobrino Noel, llegamos asociados de la Unión de historiadores de Cuba en Cabaiguán, ocasión en la que se entregó a la familia, el Cuaderno de Historia cabaiguanense Tomo III, donde aparece un artículo dedicado a Noel Mariano,  su hermano, escrito por la investigadora Marilín González Hernández.

Raúl, valoró el artículo presentado y junto a su hermana Nilda, evocaron algunas anécdotas de quien cariosamente llamaban Muelo, así como el día de aquella despedida para incorporarse a la columna Número 8 Ciro Redondo, dirigida por el Che y su posterior sepelio.

Con el libro entre sus manos, agradeció este gesto, dando muestras de elogio por este encuentro en cual llevará en sus memorias y en los momentos inolvidables que lo han hecho sentirse un cabaiguanense más, donde quiera que se encuentre; y termina diciendo: Yo de Cabaiguán guardo muchas vivencias y recuerdos y para mi este es y será siempre mi pueblo querido. 

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