Otra vez Rosa María García Garzón, la poetisa del pueblo, es noticia en el ámbito literario, al ser reconocida con la Distinción por la Cultura Nacional, lauro que avala una amplia trayectoria en las letras de este terruño cabaiguanense.

Por: Hugo Crespo Crespo
Esta mujer de andar ligero y a la vez pausado y meditativo, nació el 9 de mayo de 1949 en Cabaiguán. Después de cursar sus estudios en las diferentes enseñanzas, se gradúa en profesoral de Secundaria Básica Español e Historia y posteriormente de profesoral de Español en el ISP Félix Varela de Villa Clara, materia que impartió por más de 25 años.
Fue en las aulas donde se desempeñaba como profesora de Español y Literatura, donde comenzaron sus inclinaciones hacia la poesía o quizás algo ya había de innato en ella que poco a poco llegó hasta este despertar para iniciar el camino del lirismo y el verso hasta la actualidad.
A sus 76 años de vida, Rosa María ha ido perfumando varios jardines de noveles escritores, en cada centro donde fungió como profesora, así como en la Casa de Cultura Arturo Alonso Díaz de Cabaiguán donde En el cielo con diamantes, El Surtidor, Oficio de hormiga, María Virginia, y Pedro García Cabrera, son nombres que la identifican en su quehacer de asesora y crítica literaria en las diferentes agrupaciones que contribuyó a formar en el municipio.






Combinando los aspectos del idioma y la propia literatura, Rosa va aprovechando cada espacio y unidad de tiempo para desdoblarse en otras funciones y no desaprovecha el don natural de su innata y peculiar creación para dar riendas sueltas a su imaginación y crear esos nombres imposibles de borrar en las páginas literarias de este terruño.
Por tal motivo su obra en ascenso llega a 1996, siendo invitada por la Universidad Nacional de Costa Rica a presentar su libro Palitroche y realizar talleres, charlas y otras actividades en ese país.
Mientras laboró en el Instituto Superior Pedagógico, capitán Silverio Blanco Núñez de Sancti Spíritus, no olvidaba sus obligaciones con los libros.
Trabajó además como profesora adjunta a la Sede Universitaria Municipal de Cabaiguán y en ocasiones colaboró en guiones para programas infantiles de la emisora local La Voz de Cabaiguán como fue el caso de Travesuras.
Rosa María cuenta en su haber con obras como Palitroche, Edición Gente Nueva 1996, conjuntamente con Eric González Conde, Romance para un sueño de Ediciones Luminaria, de Sancti Spiritus, 1999, Poemas para adultos, Onítima en Ediciones Luminaria, Conjugaciones para amar y Vuelos de abejas: Antología de décimas cabaiguanenses.
También ha publicado Todo el amor en décimas, recopilación de poetas, editado en Tenerife, por la Editorial Benchomo, en el año 2002, en trabajo conjunto con Marlene García Pérez y Catástrofes y otras inquietudes, uno de sus textos más recientes.
También cuenta en su acervo literario con obras suyas en Mujer adentro, en Catedral sumergida, en Un elefante en la cuerda floja, en Poesía espirituana, en Once poetas a la sombra, en Una mirada, en Maíz regado, en el Reino de papel, en Los dioses secretos, en Corales hojas y en Toda luz.
Ha obtenido premios nacionales y provinciales en poesía, crítica, décima y poesía para niños y alcanzó además el Premio en el Concurso Nacional Pinos Nuevos de 1996.
Como parte de las ediciones de Feria Internacional del Libro en La Habana y en la provincia, la presencia de Rosa y de otros escritores cabaiguanenses siempre se deja sentir.
En el Concurso Cartas de Amor de la Escribanía Dollz de Sancti Spiritus, Rosa fue premiada junto a los integrantes de su taller de niños escritores, por los resultados alcanzados en el trabajo con las nuevas generaciones.
Entre sus reconocimientos, ostenta las medallas de la alfabetización, la Raúl Gómez García, la Rafael María de Mendive y la Distinción por la Educación Cubana.
Por su labor con niños y adolescentes recibió el Premio Romance de la niña mala de la Uneac provincial, además del Premio Nacional Olga Alonso como asesora literaria.
También ha sido acreedora de los Premios Nacionales Frank País en poesía infantil y de adultos, el Rubén Martínez Villena, el Ramón Mariscal Grandales, el Batalla de Mal Tiempo y el Ada Elba Pérez entre otros.
En el año 2012 el Comité de la Uneac en Cabaiguán la declaró poetisa del pueblo y en 2013 se le dedicó la Semana de Cultura en el territorio, ocasión en la cual se le confirió la Distinción Un canto a Cabaiguán.
Pero en todo este quehacer Rosa María siente el deber de hablar de su gran escuela desde 1983 que fue para ella el Taller literario Rubén Martínez Villena. Nombres como Sonia Díaz Corrales, Eric González Conde, Gumersindo Pacheco y Marlene García, son para ella referencia obligada por la huella y el apoyo que marcaron en su vida y obra.
Es así que esta mujer, esbelta y siempre elegante, alcanza uno de los reconocimientos más altos de la cultura cubana en 2025, no obstante en su trayecto vivido, no han faltado obstáculos e incomprensiones, así como en su salud, pero ella, junto a este quehacer, ha sabido llevar estas conjugaciones como hija, madre, esposa, abuela, compañera y amiga, donde ha sabido erguirse y triunfar.
Parte de su obra, puede que tenga un toque de estos avatares donde siempre y a pesar de sus obstáculos, esta Rosa, ha llevado adelante su color y fragancia a muchos lares y rostros, dejando entonces las espinas a un lado, como muestra de que no importan indiferencias cuando uno entrega lo mejor de su alma para embellecer lo más turbio de la existencia humana.
Así ha sido y será Rosa María García Garzón, una eterna niña, adolescente, joven y adulta mujer, una persona que seguirá tejiendo diamantes en el cielo, surtiendo lo mejor de la poesía y regando cada metáfora a la sombra de aquellos que como hormigas en sus oficios dejan siempre un espacio y un tiempo para crear poesías.
