En estos momentos transcurren labores de preparación de tierra con vista a iniciar siembras a partir de la tercera decena de este mes

Arroceros de la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, cifran esperanzas en las ventajas que para el fomento de ese cultivo puede reportar, de manera progresiva, el contrato de asociación económica internacional rubricado en días pasados entre el Consorcio Ruso del Arroz y la empresa cubana Agroind s.a.
En declaraciones exclusivas para Granma el ingeniero Osmel Otero Rodríguez, director general de esa empresa, explicó que en estos momentos transcurren labores de preparación de tierra con vistas a iniciar siembras a partir de la tercera decena de este mes, en el contexto de la campaña de frío.
No obstante, acota, por estos días se cosecha grano plantado con anticipación, fuera de época, precisamente como expresión de la voluntad rusa para apoyar la producción arrocera en el archipiélago.
Ese empeño conjunto despega por la Unidad Básica de Producción Cooperativa Las Nuevas, una de las que acumulan experiencias en el cultivo del cereal.
Tal y como se ha informado, el Consorcio Ruso del Arroz aportará insumos fundamentales (dificultad que ha estado perjudicando a la agricultura cubana), mientras la tierra, agua, fuerza de trabajo, infraestructura local, labores integrales y experiencia correrán a cargo de Cuba.
Añadió Osmel Otero que entre los propósitos está incrementar los rendimientos agrícolas a alrededor de 6 toneladas por hectáreas, prácticamente el doble de los que ha venido registrando la empresa en los últimos años, a pesar de no haber contado en todo momento con garantía del paquete tecnológico, además de otras limitaciones.
Esa producción cooperada, que se comercializará bajo la marca de Campeche, puede repercutir de forma favorable en las aspiraciones del país por avanzar hacia la soberanía alimentaria, reducir importaciones y responder en mayor grado a la demanda.
En tal sentido, el Director de la empresa espirituana destacó que el destino final será el consumo social dentro del mercado interno cubano.
Con igual objetivo avanza en tierras pinareñas un proyecto con ayuda de especialistas procedentes de Vietnam, país que también tiene presencia en la geografía espirituana.
Aunque la intención es dedicar una superficie superior, se pretende cubrir alrededor de 5 000 hectáreas, en dependencia del comportamiento que vaya delineando la presa Zaza, fuente abastecedora de agua, afectada por la sequía que ha estado azotando al territorio.
