Silverio Blanco fue uno de los hombres que estuvo en la liberación de Cabaiguán, en la cual fue herido mortalmente y días después dejó de existir, sin conocer que el pueblo por el cual entregaba su vida había sido liberado por sus compañeros de la Columna 8

Por: Daisy Pilar Martín Ciriano
La finca Las Cubeñas en la Sierra Maestra, muy cercana a Aguas Verdes, resulta un lugar remoto en la geografía montañosa oriental. Allí, por los años de la década de 1930, reinaba el hambre, la extrema miseria y el analfabetismo. Las familias vivían distantes unas de otras, y solo se encontraban en los cafetales de los magnates que ajustaban a varios campesinos la siembra y recogida de café. Hoy nos parece increíble que los padres llevaran consigo a niños de 9 y 10 años para que le ayudaran en la recogida y poder cobrar unos centavos más.
La familia Blanco Núñez fue de éstas que vivieron en ese lugar con su prole de doce hijos, a los que llevaron a trabajar, según crecían.
Silverio Fernando, nació en una fría noche de diciembre, el día 17 del año 1935. Resultó el segundo hijo del matrimonio por lo que tempranamente comenzaron sus labores agrícolas por los cafetales.
Las letras y los números nunca los conoció. Sus manos solo amasaron los mangos del machete y los encerados de los mulos, pero en estas condiciones comprendió que algún día existiría un cambio para los hombres humildes.
Tenía apenas 20 años cuando se unió a los guerrilleros, al igual que su hermano Manuel, aunque fueron ubicados en diferentes columnas guerrilleras.
Silverio Blanco fue uno de los hombres que estuvo en la liberación de Cabaiguán, en la cual fue herido mortalmente y días después dejó de existir, sin conocer que el pueblo por el cual entregaba su vida había sido liberado por sus compañeros de la Columna 8.
Hoy se cumplen 90 años de su natalicio.
