Los juegos y la manera de hacerlo, con los ingresos de nuestros padres y con juguetes casi rústicos, caracterizó a las generaciones pasadas

Por: Daisy Pilar Martín Ciriano
Para los que peinan canas resulta muy agradable la rememoración de sus tiempos infantiles.
Allá por los años de 1960, 70 y 80, los niños jugaban. Y lo hacían con los juguetes que sus padres le podían comprar. Algunos solo alcanzaron a jugar con una yuntica de pomos enyugados, pelotas de trapo y alguna que otra muñeca de tela confeccionada por mamá. Pero aún así, aquella generación infantil se recreaba y vagaba por la belleza de lo que tenía a su alcance, ya fueran rústicos y muchas veces imaginativos. Luego llegaron los juguetes a las llamadas ‟tiendas del pueblo‟ con un precio módico y asequible. Hermosos carritos de velocidad, muñecas Loreta, Dunia, Lilí, todas lindísimas y cada niña disfrutaba de sus juegos con las vecinas y compañeritas de escuela.
Con la llegada de las jugueterías rusas aumentó el caudal de atracciones infantiles y ya no se distinguían los juguetes normados de los dirigidos.
Lo cierto es que cada padre se esforzaba en recompensar a sus hijos con la alegría de sus juegos.
Los centros educacionales también fomentaban el entretenimiento y la mentalidad sana e infantil de los niños.
Los llamados recreos eran todo un lapso de 20 minutos de alegría. En ese tiempo, además de merendar, jugaban. Y lo hacían con alegría e inocencia. Coros como Alánimo, Arroz con leche, Fuego en el bosque, juego de bolas para los varones, Matarile rile ron, entre otros son los entretenimientos o distracciones que ocupaban a los niños. Por su parte el sistema educacional instauró la enseñanza de Círculos de interés para la formación educacional y como una manera más de inclinar a los estudiantes por determinados estudios, sin alejarlos de su etapa infantil. Tambíén se crearon instituciones como Palacios de pioneros y campiñas, las que realizaron festivales de lectura, de exposiciones y otros de esparcimiento como el Festival Cantando a mi muñeca. Esta actividad tuvo gran aceptación en Cabaiguán, especialmente la realizadae el 30 de junio de 1979. Con una bella foto se identifica la alegría de las participantes.