jueves, marzo 28El Sonido de la Comunidad

El 11 de septiembre y su costo para Afganistán

Hace hoy 20 años los atentados contra las Torres Gemelas y otros objetivos en Estados Unidos perpetrados por Al Qaeda sirvieron de argumento a la Casa Blanca a invadir Afganistán en supuesta guerra contra el terrorismo

Nueve días después de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York, el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pidió al ejército estadounidense prepararse para una cruzada antiterrorista.

Estados Unidos, junto al Reino Unido, lanzó en octubre de 2001 la llamada Operación Libertad Duradera, nombre oficial para la guerra en Afganistán, a la cual luego se sumaron varios países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y otros aliados.

La guerra de dos décadas costó a Estados Unidos 2,26 billones de dólares del contribuyente estadounidense, según un reporte de la Universidad Brown, así como el saldo de dos mil 448 bajas mortales de militares norteamericanos con 20 mil heridos, y la muerte de más de tres mil 846 contratistas.

Las bajas de militares y policías afganos llegaron a 66 mil, y las de otros soldados aliados, incluidos los militares de los países de la OTAN, sumaron mil 144.

Afganistán también tuvo que pagar un alto precio pues durante los últimos dos decenios sumaron alrededor de 250 mil los civiles afganos que perdieron la vida debido a las hostilidades bélicas, según diversas fuentes.

Dos décadas después de derrocar al antiguo gobierno talibán, Estados Unidos y la OTAN abandonaron finalmente Afganistán, 12 días antes del vigésimo aniversario del llamado 11-S, después que los fundamentalistas radicales retomaron el poder en Kabul.

Los fundamentalistas islámicos radicales realizaron una veloz ofensiva que halló poca o ninguna resistencia a su paso, mientras Estados Unidos y la OTAN retiraron sus tropas.

Así, luego de 20 años, los muyahidines controlan Afganistán al vencer la ocupación militar de Estados Unidos, que dejó a la nación centroasiática mucho más empobrecida y con 11 millones de refugiados en el exterior del país y cinco millones de desplazados internos.

La organización no gubernamental internacional por los derechos de la niñez Save the Children declaró que la guerra provocó la muerte o la mutilación de 32 mil 945 niños afganos desde 2005.

La cifra total de pequeños fallecidos en las últimas dos décadas es mucho mayor, pues no se incluyeron los que perecieron por hambre, enfermedad y pobreza debido a las consecuencias del conflicto en un país donde uno de cada 16 infantes muere antes de cumplir cinco años. Las tropas dirigidas por Estados Unidos usaron la fuerza aérea de forma indiscriminada contra supuestos terroristas y a menudo sucumbieron civiles inocentes en bombardeos que atacaron incluso casas y otras infraestructuras.

Para Hassan Noor, director regional para Asia de Save the Children, lo que quedó después de dos décadas de conflicto es una generación infantil cuyas vidas fueron arruinadas por la miseria y el impacto de la guerra.

Informes señalan que casi la mitad de los afganos necesitan ayuda humanitaria producto del conflicto bélico, la sequía y la pandemia de Covid-19.

En tanto, a casi 10 millones de niños les urge recibir atención urgente y la mitad de los menores de cinco años de edad sufren desnutrición aguda.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó a prestar asistencia inmediata a Afganistán, pues 18 millones de niños, mujeres y hombres afganos necesitan la solidaridad urgente de la comunidad internacional.

Afganistán lidia además con una sequía severa y sus habitantes estarán sometidos pronto a duras condiciones invernales, lo cual subraya la urgencia de recibir suministros, medicamentos y alimentos.

Así, Afganistán está ahora en peores condiciones a las de 2001, cuando se produjo su invasión por Estados Unidos en supuesta cruzada antiterrorista.

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