
La familia: rectora en la crianza de los niños
Es
viernes, pasan las cinco de la tarde, ya recesaron las labores escolares por
esta semana y un grupo de niños del barrio se encuentran en la casa de mi
vecino para iniciar la actividad del día que más disfrutan, según ellos.
Ya
se ha vuelto cotidiano este no tan casual encuentro, porque cada día pactan el
siguiente. Esta vez fue en la casa de Kevin, pero quizás mañana se den cita en
la de Brian o en la de Luis Manuel. Lo cierto es que este horario es inviolable
para ellos, y aquí, en Cuba, se respeta el derecho que tienen al juego, según
lo establece la Convención sobre los derechos del niño que dispone: “Los Estados partes reconocen el derecho del
niño y la niña al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades
recreativas propias de su edad, y a participar librement...