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Treinta y cuatro años de la casa de cultura de Guayos, un verdadero emporio artístico para su pueblo (+Fotos)

Este 10 de octubre se celebra el aniversario 34 de la Casa de Cultura Elcire Pérez González de Guayos, una institución al servicio de su pueblo

cultura
Variadas actividades de gran aceptación por el público se han realizado en esta institución de la cultura guayense.

 Por: Hugo Crespo Crespo

Quizás no sea el mejor juez, para conceptuar la labor que se realiza en la casa de cultura Elcire Valentín Pérez González de Guayos, pero sí me atrevo a tal juicio, porque he vivido en varios momentos de experiencias de lo que allí se genera.

Esta emblemática construcción patrimonial, situada frente al parque José Martí de la referida localidad, rejuvenecida en años recientes, ha sido escenario para que el talento artístico local no ande oculto y en silencio entre las paredes de los hogares guayenses.

Hace treinta y cuatro años, el 10 de octubre de 1991, esta institución abría para un pueblo que cuenta con sobrada fuerza artística, pasión y sentido de pertenencia por la defensa de sus raíces, costumbres, idiosincrasia, su historia y su cultura.

El recinto que hoy exhibe un mejor confort, gracias a convenios con actores no estatales de la economía, no ha dejado de crear ni un minuto en estas más de tres décadas de erigido. Allí un colectivo guiado por un verdadero líder, de esos que arrastra multitudes, ha sabido llegar a la cima, yendo a la loma, como lo refiere el trovador Tony Ávila en una de sus canciones, porque Leonardo Valdivia García, es el timonel que siempre encuentra el destino apropiado, para llegar a un fin,  colmado por el éxito.

Como parte de mi labor en la presidencia de la Unión de historiadores del territorio, he tenido el honor de estar allí en varios de sus eventos, compartir las experiencias y las obras de músicos, poetas, escritores, instructores de danza, artistas de la plástica, metodólogos  y especialistas en sonido, toda una colmena,  de esas que produce una excelente miel.

Coloquios de la cultura, días de danza, teatro, exposiciones, eventos de parrandas, galas artísticas, presentaciones de danzoneros, encuentros de música y repentismo, determinadas conmemoraciones en homenaje a sucesos y personalidades de la localidad, actos patrióticos, presentaciones de libros, talleres literarios y extensiones a centros de trabajo y estudio, conforman una programación que para muchos al verla plasmada en un papel parece utopía, pero para quienes conocen lo que allí se logra es realidad palpable. Si se planifican cien actividades, cien se alcanzan, a pesar de que la naturaleza, apagones, la desidia de los hombres y cuanto obstáculo haya, se opongan.

La casa de cultura de Guayos, es una gran familia, sin llegar a la perfección, pero su acercamiento a esta idea se puede comprobar. Los nombres de quienes integran este fusionado conjunto son varios, todos con logros en su trayectoria, pero no quisiera mencionar sus nombres, por temor a olvidar a algunos; basta con saberse parte de él y de los relevantes premios y distinciones alcanzados a nivel municipal, provincial, nacional e internacional, porque eso sí, la cultura de Guayos se ha expandido y hoy sus creadores están por doquier en el planeta, y desde cualquier sitio llevan el orgullo de esta tierra.

En todo este tiempo es pecado no mencionar algunos referentes que allí han dejado su impronta, unos ausentes de forma física y otros que aun hacen vibrar la escena cuando en ella se encuentran. Imposible olvidar lo que allí dejó como legado la eterna novia de Guayos, la poetisa Crucelia Hernández, con esa obra llena de lirismo y musicalidad, como ella misma y Jorge, el parrandero con sus sabias ideas y conocimientos acerca de la historia del poblado y sus festejos.

Esta institución cultural ha vibrado con las declamaciones de Aglaé Alonso y de Teresa Delgado Manso, con las sabias palabras y exposiciones de Gabino Bejerano Bernal, con la maestría y profundos conocimientos del historiador y escritor Héctor Cabrera Bernal, las trascendentales obras del abogado y escritor José Ramón Crespo Jiménez, la poesía y narrativa de Noelio Ramos Rodríguez, las presentaciones de Humo de Yaba, grupos danzarios, las voces de Ramón Rodri, Jéssica Gómez, Gregorio Martín, Lesner Pérez, Enrique Vega, las puntuales investigaciones de Carlos Alfredo Díaz, Niuris Pérez, Ada Álvarez, Alberto Álvarez Garriga, así como otras bibliotecarias y el proyecto teatral Chamaquili, por solo mencionar algunos. Mario Félix Bernal, María del Carmen Monteagudo y Edelmiro Bonachea han dejado sus huellas y erudición a los auditorios presentes.

Personalidades de este pueblo y de otros lares han sido testigos de una estancia en la que el buen sabor ha quedado, y si alguna dificultad ha salido a la vista, estamos seguros que no con tratamientos oftalmológicos, pero sí con trabajo sistemático, constancia, respeto, responsabilidad y unidad, esta joya de la cultura en nuestro territorio, seguirá brillando para las presentes y futuras generaciones de guayenses, hombres y mujeres que defiende su historia y su cultura como aquellos que en un pasado forjaron los cimientos de este pueblo amado por su gente. Bien merecido pues, que este centro se encuentre en la nómina de los homenajeados, en la Jornada de la Cultura Cubana de este 2025. Enhorabuena, artífices de la creación para embellecer la vida.

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