María Esther Hernández Broche siempre fue una mujer de la cultura que dedicó su vida a sus libros, a narrar de forma magistral los cuentos que cada niño cabaiguanense recuerda con mucho amor. Gracias María Esther por todo y por tanto

Por: Hugo Crespo Crespo
La Asociación de Bibliotecarios de Cuba, lamenta hoy el fallecimiento de María Esther Hernández Broche, una mujer que supo dejar su impronta en esta profesión, no solo en Cabaiguán, sino en cada sitio, evento y encuentros de este gremio en Cuba.
Con una habilidad asombrosa para contar historias y esa magia al narrarlas que la caracterizaba, María Esther supo cautivar a varias generaciones de cabaiguanenses.
La biblioteca pública Beremundo Paz, supo de sus andanzas y su hogar con el Proyecto Mi Paraíso abierto a la comunidad, dejó en esta tierra una huella marcada por el amor a los libros, la lectura y la narrativa, en favor de la formación de hombres y mujeres dignos y del mejoramiento humano.
Los últimos años de su vida los pasó en La Habana, pero esta fémina de letras y diálogo abierto, dejó en Cabaiguán, en los agradecidos y sus seguidores, un ejemplo para los que desde los templos del saber, encuentren en los libros, una forma de autorregulación, conductas, aprendizaje y valoraciones para cada acto de la vida cotidiana.
Los cabaiguanenses que te conocimos y escuchamos, bibliotecarias y bibliotecarios y el sector de la cultura, no te decimos adiós, porque alguien como usted estará siempre entre estantes y archivos de las bibliotecas cubanas para tomar de la mano al lector y guiarlo por el camino del conocimiento.