Foto: Aramis Fernández
La fantasía ronda la persona, se viste de militar y piensa que lo es, narra historias irreales, siempre lo hemos visto por Neiva y su preuniversitario, el batey de la zona, visita Cabaiguán; vuelve a norma que es hacerse ideas, acumular sueños, solo reales para él.
Foto: Aramis Fernández
“Si tomo guarapo por la madrugálo bueno se queda, lo malo se va.Con esa melcocha tan bien amasá.lo bueno se queda, lo malo se va”.
Foto: Aramis Fernández
No sé su nombre, pero pertenece a una rara especie, cargó la moto de personas en Cuatro Esquinas de Santa Lucía y cuando llegó a Cabaiguán se negó a cobrarle, no hago negocio con mi vehículo, soy guajiro y gano lo que sea capaz de producir en mi tierra. En estos tiempos cuando gran cantidad de mansos se han convertido en fieras, el motorista agricultor me sorprendió en la carretera.
Foto: Aramis Fernández
Agosto los bailadores no podrán soltar los tacones de sus zapatos en la Calle Valle, los carnavales se ven interrumpido por el coronavirus, los zapatos durarán más, la mezcolanza de cuanto pueda imaginarse no se adueñará de las calles, es hora de refugiarse en casa y es en ellas donde se puede echar un pie con al acompañamiento musical de tu radio, que a la vez aconseja como enfrentar el “bicho” para el año venidero celebrar por partida doble.
Foto: Aramis Fernández
El doble sentido y el humor del cubano, no los mata ni el coronavirus. El cliente le dijo a la joven dependiente: Ya me dio la canasta básica, también el módulo y el arroz adicional, que se está vendiendo en medio de la pandemia. Sí, todo ya lo tiene en sus jabas, dijo la vendedora a lo que el comprador ripostó. Ahora pésame los huevos para pagarle.
Foto: Aramis Fernández
En su piel está el trabajo del guajiro cansado de pisar sobre la tierra, tapando las posturas de tabaco, cubriendo el cangre de yuca, la semilla de malanga, el bejuco de boniato. Las botas memorables siguen descalzas cuando los pies las ponen en descanso, son como escáneres que resguardan la historia de los pasos del guajiro.
Foto: Aramis Fernández
Nilson Martínez fallecido hace poco más de un año fue el último de los sobrevivientes del Alzamiento de La Llorona, acción revolucionaria desarrollada en Cabaiguán en 1957 a fin de crear un frente guerrillero en el Escambray.
Por: Aramis Fernández
Es tiempo de amarre y pesa de tabaco; los vegueros de Cabaiguán están en plena faena, aprovechan la humedad siempre que pueden para que no se partan las hojas cuando se llevan al matul y de ahí hasta el pilón.
Tomada: De Ecured
La confección del Escudo Municipal se encargó a una comisión, inmediatamente después de ser declarado Cabaiguán como municipio y de celebradas las primeras elecciones para alcalde y concejales.
Un año después, en las que fue electo como primer alcalde municipal el doctor Arturo Martínez Fortún, candidato de los partidos Liberal y Popular Cubano -enfrentado al conservador Ramón Capirot Hernández-, el que tomó posesión en el edificio del naciente ayuntamiento, que se encontraba en la desaparecida Avenida de Placetas, donde hoy se encuentra el Paseo, el 27 de mayo de 1927. Luego de un arduo trabajo fue presentado y aprobado el Escudo Municipal, el 6 de agosto de 1928, por el nuevo consistorio.
Foto: Liuber García
La miel es dulce pero no tan fácil de obtener, el apicultor anda entre picadas y picadas con máscaras caladas y atender el apiario todos los días del año porque las abejas no entienden de descanso.