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Código de las Familias, un SÍ por hoy y mañana

El Código de las Familias, contextualizado a la realidad de la mayor de las Antillas, incorpora posibilidades para todos y todas

Código de las Familias
El referendo popular del Código de las Familias convoca a las urnas a 49 683 cabaiguanenses.

Por: Alexey Mompeller Lorenzo

Mi familia no se parece a la suya, ni siquiera a la formada por uno de nuestros congéneres, mucho menos a la del vecino. Múltiples ejemplos de la célula fundamental de la sociedad hacen plural a Cuba, variedades contempladas en el Código de las Familias que se someterá a referendo popular este 25 de septiembre.

Un cuerpo legal de alternativas, oportunidades y opciones que convoca a las urnas a 49 683 cabaiguanenses. Para llegar a estas alturas del proceso constaron meses de estudio, debates entre especialistas en materia jurídica y demás expertos, lecturas, transformaciones y diálogos con el pueblo.

Intercambios que sobrepasan las fronteras nacionales porque en el propio Caribe o a kilómetros de esta región donde un cubano diga presente, la democracia ha hablado alto y claro para opinar sobre el código de los afectos.

El documento contextualizado a la realidad de la mayor de las Antillas incorpora posibilidades para todos y todas. De esa inclusión se derivan el derecho a fundar una familia, cualquiera que sea la forma de organización adoptada; a la igualdad y la no discriminación por ningún motivo; al libre desarrollo de la personalidad y otorga potestad a niñas, niños y adolescentes a ser escuchados de acuerdo a su edad y a que sus juicios sean tenidos en cuenta.

El domingo en que los 141 colegios electorales del municipio abrirán antes de que el sol asome, los abuelos y abuelas que tal vez tragan en silencio dificultades en la comunicación cercana con sus nietos, notarán el cambio con solo dar el sufragio afirmativo. Igual lo sentirán ambos padres, al velar el Código por la igualdad en el ejercicio de las responsabilidades parentales.

El derecho de los adultos mayores y de las personas con discapacidad a su autodeterminación, entorno accesible, vida familiar con dignidad, autorregulación de la protección futura, al cuidado, al respeto a sus voluntades y distinciones a elegir su lugar de residencia queda explícito en un texto legal hojeado con lupa en las 105 circunscripciones del territorio.  

Con solo marcar SÍ en la boleta se obra a favor del matrimonio y el divorcio sin distinción de géneros u otros motivos. Tal respuesta garantiza la forma de organización económica del vínculo que más se avenga a los intereses de la pareja; provee la facultad de vivir la relación en una opción distinta al matrimonio, la llamada unión de hecho afectiva que puede reconocerse jurídicamente o no.

Estos apenas devienen algunos argumentos de un Código que no le quita derechos a ninguna configuración familiar; fortalece los compromisos y la solidaridad entre quienes llevan la misma sangre. De su respuesta dependerá la Cuba que queremos para hoy y mañana.                        

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