Un paso trascendental hacia el verdadero camino que debía seguir la lucha revolucionaria lo fue la constitución de la dirección nacional del Movimiento 26 de Julio, el 12 de junio de 1955. De esta directiva formó parte el cabaiguanense Faustino Pérez Hernández.
Por: Daisy Martín Ciriano
Varios cabaiguanenses entre ellos Rigoberto Sancho y Mario Alba,
conocieron a través de Quintín Pino Machado la formación de grupos del 26 y se dispusieron a constituirlo en el territorio. Mientras daban los primeros pasos organizativos conocieron que Carlos Pérez, hermano de Faustino, se encontraba también en la tarea y durante un encuentro quedaron unidas ambas fuerzas.
Así fue que se constituyó el Movimiento en la vieja zapatería propiedad de Sergio Soto Morales, ubicada en el barrio cabecera de Punta Diamante, perteneciente al término Municipal de Cabaiguán, en la cual se encontraba presente el compañero Faustino Pérez Hernández, como dirigente Nacional de la organización, y quedando estructurada con Carlos Pérez Hernández como Coordinador, Sergio Soto Morales; Jefe de acción, Diego Viera Díaz; tesorero y Julián Salomón Salomón en el frente de Propaganda.
En esta reunión se abordó la necesidad de extender la organización a las zonas campesinas de los alrededores, se trazaron formas para realizar la recaudación de fondos.
Pronto en las zonas campesinas de Pozas, Pedro Barba, Echenique, Potrerillo, Guayos, entre otras, se constituyeron pequeñas células, las que mantenían estrecha relación con la Dirección.
En la zona urbana se designaron compañeros para recoger la recaudación, así en la Fábrica Bauzá lo hacían René Dorta, Conrado Troche Barreto, Diego Viera, Edmundo Soto, Orlando Silverio y Agustín Rojas por ser éste un centro con unos 200 obreros, mientras que en la fábrica Galileo estaba Mario Alba Castellón y Pedro Estepa, entre otros.
En el sector del Comercio cumplían esta función Mario Rodríguez Valero y Julio Náter Bonet. En el departamento de Escogidas se designaron los compañeros Edelio Torres y Ovidio Hurtado, mientras que en el sector de la Medicina cumplían esta tarea Félix Hurtado y Reinaldo Pérez Reyes, entre otros.
Tras crearse el movimiento en diferentes lugares y centros de Cabaiguán la organización se nutrió, no sólo de hombres, sino de mujeres que trabajaban principalmente en las labores de propagandas, confección de brazaletes, impresión, distribución, traslado de proclamas y confección de banderas, hasta llegar incluso a participar en recogida de armas entre estas compañeras estaban Yolanda Sarmiento, Anolan Lorenzo, Orfelina Rodríguez Manso, Odila Morera, Gladis Viera, María Luisa Fernández (Deyanira), Ofelia Escaraverino, Rosa Castillo, Dolores Dorta Serrano, Estervina García Castillo, Senebil Rodríguez, Sara Concepción y muchas otras valientes mujeres que trabajaban desde diferentes sectores dentro del Movimiento.
En Cabaiguán este movimiento fue ganando en experiencia y prestigio por su responsabilidad y la buena preparación política de sus dirigentes. A la llegada del Che la Escambray fue reconocida su eficacia con todo el apoyo que recibió la Columna desde el llano, principalmente de los cabaiguanenses, aspecto reconocido por el Guerrillero en textos y volantes.
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