Por: Daisy Martín Ciriano
El Club Siboney de Cabaiguán tiene sus inicios en la década de 1950 cuando fue construido y reconocido como Club Campestre. Anteriormente a esta fecha se habían realizado otros intentos por parte de figuras representativas de la burguesía local, pero las intenciones no habían fructificado de la forma que deseaban.
Finalmente en 1952, con un total de 150 socios se inauguró la instalación, que desde inicios tuvo un acceso limitado para la población. El lugar tuvo en sus áreas de paseo y ocio más de una caballería de terreno y en él se construyó un área para la práctica de diferentes deportes. Además el uso de una piscina.
Después del triunfo revolucionario este mismo espacio continuó funcionando como centro de distracción y se anexó el fresco ranchón, el parque infantil y otros edificios anexos, entre ellos una pista de baile.
A inicios de la década de 1970 el club Siboney comenzó a proyectarse como un área de libre acceso para el ocio y la distracción. En julio de 1973 se inauguró un micro-zoológico que resultó de gran atracción para grandes y chicos.
La gran realidad es que esta instalación logró estabilizar un trabajo especial en su área de baile al que asistían figuras relevantes de la música en el país.
Las noches sabatinas esparcía a través de micrófonos las presentaciones y los bailables. La juventud se distribuía entre las ofertas del Circulo Social Obrero Ciro Redondo y el Siboney. Hoy los que peinan canas recuerdan su modesto escenario y su mobiliario, lejos del confort actual, pero la nostalgia los invade. A pesar de limitaciones y atrasos la juventud se distraía y disfrutaba de matineé dominicales y noches de baile y confraternización.
En la actualidad se han retomado viejas tradiciones y ofertas, incluyendo el remozamiento del legendario ranchón. Esperemos que nuevamente la población adulta y los jóvenes, puedan volver al lugar, alejados de toda restricción sanitaria.
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