Anda el campesino entre los bueyes y el arado, hace caricias a la tierra para plantar la semilla. De sol a sol el labriego arrea sus animales, estos le responden con el bramido de los amigos, de conocen por intermedio del arado.
Por: Aramis Fernández
Foto: Archivo
Cabaiguán, es así, tierra prodigiosa, campesinos laboriosos, arados que surcan, más que el suelo, la vida de los agricultores y ellos cantan décimas y guajiras entre el arrear a la yunta, limpiar la reja y secarse el sudor de la frente con el dorso del brazo que sujeta las guías de sus mansos vacunos.
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