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La fotutera: ¿Tradición en Cabaiguán?

Casi nunca se supo quién los trajo del remoto mar, eran grandes pesados estos caracoles que se instalaron en la sitieria de mi infancia. En algunas fincas de Cabaiguán se utilizaron a manera de invitación para que almorzaran los labriegos sudorosos, harina caliente, frijoles cuajados, yuca tierna y blanda, en otros casos la fotutera servía para anunciar la unión de dos divorciados o viudos.

fotutera

Por: Aramis Fernández Valderas

También por estos lugares el caracol marino pone en estrés a los maridos  cornudos, rinde homenaje a los viudos que encuentran  pareja y une a los divorciados, sin embargo no fue este motivo el que dio origen al toque de los fotutos; según cuenta la Filóloga y Escritora del Municipio Marlene Emelia García Pérez.

 “Los aborígenes cubanos también utilizaban el fotuto para comunicarse y como instrumento musical, este legado llegó a los conquistadores y persistió y en el campo cubano, se utilizaba para avisar en las grandes haciendas ganaderas, las tabacaleras posteriormente a los trabajadores que es la hora del desayuno, la hora del almuerzo, que es la hora de la comida es decir que es un largo  uuuuuuuuuuu,  le avisaba a los trabajadores que era la hora de comer, también en el caso de un incendio los vecinos se avisaban unos a otros con el toque de fotutos y todo el vecindario pues salía ayudar al afectado”.

Antecedentes de la fotutera

Aunque el toque de fotuto ya se empleaba por los aborígenes, no fue hasta la llegada de los conquistadores españoles que surgieron  las fotuteras, las cuales cobran vida en Cabaiguán con el arribo de los inmigrantes canarios a inicios del siglo pasado.

Al respecto Marlene señala: “El uso que tiene el fotuto en estos momentos ya no es ni para avisar a  la gente venga a almorzar, no es para avisar de incendio, sino que persiste una tradición llegada de Europa, de Europa pasa a Canarias y según los estudios pasa a Cuba y se le conoce con el nombre de Cencerradas debido a la utilización de un cencerro.

El escrito Juan Ramón Jiménez en la obra “Platero y Yo” señala:

“Ya sabes que Doña Camila es tres veces viuda y que tiene 60 años y que Satanás viudo también, aunque una sola vez, ha tenido  tiempo de consumir el mosto de 70 vendimias, habrá  que oírlos esta noche detrás de los cristales de la casa cerrada viendo y oyendo su historia y la de su nueva esposa en efigie y romance.

Tres días Platero durara las cencerrada luego cada vecina se ira llevando del altar de  la plazoleta ante el que alumbradas las imágenes bailan los borracho lo que es suyo, luego seguirá unas noches más el ruido de los chiquillos, al fin solo quedaran la luna llena y el romance”.

Fotuteros y testigos

Jesús Rojas Portal conocedor de la cultura campesina en el municipio expresa “Habitualmente siempre eso se utilizó en la zona de campo cuando se separaba una pareja por algunas  razones y al tiempo cuando ellos volvían a reconciliarse, entonces se reunían todos los campesinos que vivían a su alrededor y tocaban el fotuto, cuando un hombre se casaba con una divorciada que la traía para la casa esa noche  también se tocaba fotuto”

Suelen protagonizar estas acampadas musicales los jóvenes de las zonas agrarias,  casi todos solteros en el colmo de la energía durante la jornada diurna o en rápidas visitas en lomo de caballo se ultimaban los detalles para que el coro de caracoles esté listo y resulte cada vez mas nutrida la algarabía, casi nunca los fotuteros avanzan de manera uniforme,   ellos se disgregan por las malezas, dicen  los campesinos que comienzan a llamarse el uno al otro con toques aislados: De fotuteras cada cual tiene su historia.

Ramón Díaz; un campesino ya jubilado asistió a muchas fotuteras: “En el tiempo que viví en el campo escuche muchas fotuteras, no solo en el área que yo vivía sino para las lomas más alejadas de mi casa pero no me perdía una era quizás la única manera de distracción que tenía la juventud”

La hora del fotutazo

El asunto suele enredarse cuando aplicando una especie de inciso en el código de los fotutos se le tocaba a una pareja que se separa y se vuelve a juntar, resulta lógico que no es lo mismo encontrase hechizado por una nueva relación que enfrascado en la complicada misión de reparar un matrimonio con agujeros y torceduras, las posibilidades de puerta tercamente cerrada y hasta de algún insulto o acción mayor  aumentan, cuando las idas y vueltas se hacían reiteradas y la negativa de una noche arrastrar nuevos instrumentistas.  En algunos sitios de Cabaiguán  se mantiene la tradición así sucede en la zona de Potrerillo aunque no es la única del municipio.

Marlene E. García, apunta: “Este tipo de actividad se realiza por la noche después de las 10.00 pm, las 11.00 pm ó las 12.oo m puede durar varios días, si el afectado no toma medidas. Las medidas más comunes son salir con un machete, a piedra o en el caso de la gente que no quiere más escándalo, más problemas invitan a los fotuteros a una comida, o a tomarse una botella de ron,  o le dan dinero para que se vayan a comer y a tomar.

Eugenio García, promotor cultural del Consejo Popular de Potrerillo y fotutero dice: “En la comunidad de Vega del Paso, Cuarto de Tierra, Las Tapias aún se conserva la tradición de tocar fotutos”

¿Tú también eres fotutero?

“Yo toco fotuto pero de otra manera, la parte de la boquilla de un saxofón, eso es con lo que yo toco, pero existen personas que lo que utilizan es  el caracol marino  que lo meten en agua el día anterior para que coja la fuerza que lleva el fotuto”.

Opiniones encontradas

La fotutera divide las opiniones entre los cabaiguanenses unos la ve como tradiciones que deben conservarse,  otros no le dan mucha importancia y las consideran como algo común, pero existen quienes la valoran como una intromisión en los asuntos personales,

García Pérez, da el siguiente punto de vista “Eso es una tradición campesina e independientemente de la afectación que trae, de las molestias, de los corre corre y de las comelatas, obligadas,  que a veces, debe ofrecer  el afectado para poder callar la fotutera, repito que es una tradición campesina, porque la mayor parte de las viviendas en el campo. antiguamente tenían un caracol en sus casas ya sea en el guano o  la canal, porque lo utilizaban  diariamente para llamar a los trabajadores”

Javier Méndez, fotutero añade “Eso tiene miles de años, siempre se ha dicho que el fotuto se toca cuando las mujeres traicionan al marido, este está herido sentimentalmente y por la noche se le toca el fotuto, también cuando la mujer mete otro marido en la casa  y el hombre lo sabe y se hace el bobo, entonces por la noche se le hace una jalada de fotutos, eso es una tradición. En Cabaiguán donde más se toca el fotuto es en los barrios: El Quimbo, La Faja de la Línea y El Paraíso”.

Marisol García: “Yo recuerdo que de niña en el campo donde  estaba pasando unas vacaciones, la mujer le pegó los tarros al marido y los otros que también muchos de ellos eran bastante cabrones, empezaron a tocarle fotutos  a media noche aquello sinceramente daba vergüenza, es algo denigrante, porque cada cual vive su vida como le da la gana si existen maridos que quieren aguantarle los tarros a las mujeres y quieren perdonárselo eso es problema de cada quien  va y la mujer era buena en otras cosas, muchos de los que estaban tocando fotutos aquella noche según mi tía Ulla, habían aguantado más tarros que aquel infeliz”

Pedro cancio residente en el Barrio de la Faja de la Línea ha sido testigo de muchas fotuteras: “En las fotuteras puede existir de todo  inclusive hasta los machetazos, hay personas que han salido lesionados por estos”

Fotutera famosa

La filóloga Marlene E. García Pérez atestigua que: “La fotutera más  famosa efectuada en Cabaiguán fue la del Ingenito el 9 de octubre de 1943 cuando un grupo de canarios y otros trabajadores de esa finca le van a tocar fotutos a otro canario y este se subió encima de  una guásima, esperó a que comenzaran a tocar  y les fue arriba a tiros, hiere a unos de  los fotuteros y mata a otro, Ruperto Machín Duque, se llamaba,  era de Lanzarote. Bueno a raíz de ese asesinato se pensó que ya la gente no iba a tocar más fotutos sin embargo todavía persiste la tradición en toda esta zona de Cabaiguán”.

Andan estos sonidos por lo mejor de mis recuerdos de juventud, se acomodan  en los versos de las libretas rimadas de los poetas cabaiguanenses, la diferencia con los bardos, es que los tocadores de fotutos, no son artistas, ni siquiera aficionados a tiempo completo, sino recalcitrantes apasionados, defensores de una forma de música y humor que despeina de cuando en vez la rutina de siembras, almuerzos y atardeceres en la campiña de Cabaiguán 

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