viernes, marzo 29El Sonido de la Comunidad

La mujer de la cofia

La cofia siempre ha distinguido a las enfermeras, es su símbolo. Este 12 de mayo se celebra a nivel internacional el día de la enfermería en los momentos más críticos de la salud en el orbe a causa de la Covid-19

La cofia es quizás, el elemento más representativo de la vestimenta de una enfermera
La cofia es quizás, el elemento más representativo de la vestimenta de una enfermera.

Por: Aramis Fernández Valderas

Hace más de un año se apretó la cofia. Le dijeron que iría a una fuerte batalla, no vio el fusil, ni las balas. Sobre el uniforme blanco, otro más, un nylon, un cubre boca, tal vez hasta una escafandra.

En sus manos enguantadas, disímiles materiales para entubar, inyectar, tomar muestras. Las horas laborales muy complicadas, los pacientes se debaten entre la vida y la muerte y la muchacha de la cofia persiste en buscarle un segundo más de vida.

Regresar a casa, también se hace una tragedia, los padres mayores, los niños pequeños, el esposo. Se baña tantas veces, parece gastarse, el alcohol y el cloro empapan sus dedos. No toca nada en el hogar hasta que no vuelve a ducharse, hasta que la desinfección no sea total. Mañana es otro día para la mujer de la cofia.

Ella ha visto de todo en este mundo de dolores y sonidos hospitalarios, pero no se acostumbra a la muerte. Otro día, todo se repite. El doctor Durán da el parte diario de la Covid-19 en Cuba, otros especialistas lo hacen en cada una de sus naciones, es hora de silencio absoluto, los sabios aconsejan, la señora de la cofia escucha, saca conclusiones.

La sala de terapia intensiva es un hervidero, los médicos van de un sitio a otro, allí cada cual tiene su nombre escrito al frente y en la espalda para ser reconocidos, la mujer de la cofia canaliza venas, se acabó un suero, otro comienza a gotear. El mejor momento, cuando el paciente empieza a recobrar los signos vitales.

Vuelve a ser de noche, ha pasado el día 12 de mayo, la joven de la cofia no sabe de días, va a entrar a su casa, , escucha aplausos, mira el reloj, 9 de la noche, a esa hora siempre se aplaude al personal de la salud. Esta vez es más fuerte la ovación, ella se detiene y mira, un lienzo blanco cuelga del balcón, lee, ¡”Feliz día internacional de la enfermería!”. De sus ojos brotan las lágrimas, lanza besos al aire y hace reverencias.

La muchacha de la cofia, también, puede ser chilena, peruana, argentina, rusa, china, norteamericana, de cualquier nación, sienten igual, trabajan igual, se sacrifican por lo mismo, sin buscar otra cosa que el bienestar del paciente.

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