jueves, abril 25El Sonido de la Comunidad
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Los tres de Tres Atejes

Tres extraordinarios pedagogos dejaron una huella imborrable en la educación cabaiguanense y en la formación de varias generaciones desde su incursión en Tres Atejes.

tres
Aramís Fernández Valderas

Por: Hugo Crespo Crespo.

Recuerdo que fue en Tres Atejes, allí en el otrora IPUEC Roberto Rodríguez Fernández, ¨El vaquerito¨ finalizando la década de los 70 y comenzando la de los ochenta, donde tuve el placer de conocerlos e incorporarlos a mi vida para jamás desprenderse de ella, aquel respeto, admiración y profesionalidad que inspiraban, a pesar que solo nos separaban siete años de edad, yo alumno y ellos mis profesores, muy jóvenes pero con una gran dosis de maestría en cada una de sus materias a impartir y comportamientos.

Es así, que los nombres de Aramís Fernández Valderas, Benito Daniel Brito Martín y Francisco Vázquez, como otros de una gran lista de aquellos queridos profesores, ya hoy se jubilan, Benito y Francisco lo hacen en el sector educacional y Aramís en la radio, después de laborar casi 18 años en La Voz de Cabaiguán y el resto en educación.

Como en el ámbito pedagógico, los alumnos no sólo toman de sus maestros los conocimientos, existen algunos rasgos que calan en lo más profundo de la formación futura de ese ente humano.

Del primero de ellos, Aramís, supe del amor a la historia y esa pasión para impartir los contenidos, cual película que vieras en un cine u obra de teatro en la escena. Conocí también algunos rasgos que semejan nuestras personalidades en cuanto a solidaridad, amor a la familia, a los amigos y hacer el bien a toda costa. Pero también aprendí a respetar y ser respetado, a hablar bajito cuando es menester y a alzar la voz cuando es necesario, me contagié de sus energías y algunas formas para conducir un proceso de dirección y decir verdades en los momentos propicios, sin herir, pero con sentido de construir y hacer lo correcto. Sus dotes de actor, adquiridos en Teatro Escambray, mucho le aportaron a sus métodos para dirigir, en ocasiones hasta disfrazarse para encontrar incógnitas y sorprender in fraganti, a quienes trataran de esquivar sus órdenes.

Al mismo tiempo el escenario de la plaza de la escuela, creo que aún recuerda su presencia y el silencio rotundo cuando en ella hablaba. Pero allí también sentó cátedra en memorables obras de teatro que conquistaron los más altos premios en varias competiciones.

Llegó el día de tomar rumbos diferentes, yo a mis estudios universitarios y él en sus andanzas por otros centros educacionales del territorio, en la Casa de Cultura, donde de nuevo me contacta para trabajar en espectáculos artísticos, siendo la primera vez que me remuneraban algo por lo que hacía.

Por eso la propia vida nos llevó a que en 2004 volviera a su lado a la radio del municipio que él fundó, para laborar en ella hasta el presente donde el pedagogo se convierte en periodista y vuelve a dirigir otra escena en la cual soy un actor más, espacio que no sólo nos remite a la relación de trabajador-director, primero y compañeros del Departamento Informativo después, sino que en el plano personal ha seguido no solo aportándome conocimientos, sino apoyo emocional en momentos donde he necesitado su mano tendida, porque el Viejuco como le llamo en ocasiones es símbolo de cariño y reciprocidad, similar a la de un padre cuando guía a un hijo. Sé de su apego a la familia, a sus hijos, esposa, suegros y otros familiares, aquí en Cabaiguán, en la CPA Aramís Pérez, en Encrucijada, tierra que lo vio nacer y allende los mares, donde se encuentran otros de sus seres queridos que han desgarrado parte de su existencia al saberlos tan distantes. No obstante se supera ante estas circunstancias y lucha para creerlos cerca, al igual que me sucede por una de mis partes.

De él también aprendí de la profesión de la radio, cuando de forma empírica comenzamos todos hace casi 18 años en esta planta radial, el secreto de las crónicas, los comentarios, reportajes, testimonios, redactar informaciones, realizar sonido y dirigir programas, no a la usanza de los más avezados, pero sí a la altura de las más apremiantes necesidades cuando se necesita.

Este hombre fue quien se convirtió en albañil, inversionista y hasta guardián de todo cuanto entraba para construir este inmueble y sacar al aire la añorada onda radial en Cabaiguán. Golpes en su cabeza descubierta, lo mismo sacando cemento adherido al piso, abriendo huecos y guiando la formación radial de un grupo que no superábamos las diez personas.

Así hasta los días de hoy primero dirigiendo el bajel y después como pasajero, hemos transitado juntos por casi dos décadas, donde con tan solo con un saludo, conoce mi estado de ánimo y una pregunta se hace evidente. ¿Qué te pasa hoy? Pero esa misma pregunta en ocasiones se la digo yo, porque junto a él, he compartido momentos difíciles de su salud y de sus seres queridos, porque me brindó un techo cuando lo necesitaba, porque me ofrece consejos que llegan con esa porción de sinceridad y cariño que convence.

Por estas razones, el Viejuco, no se retira, se jubila a través de una ley, él seguirá aportando y creando con esa magia que lo sabe hacer para investigar los secretos y la historia de un pueblo y su gente que ha sabido llevar al éter en el Pedazo de mi Cuba de cada domingo, o en los Horizontes de Antena Cultural, las Huellas de la Historia, el necesario Enlace que él sabe darle la sazón que lleva y las Canas al aire, donde siempre suena la victrola. Gracias guía, maestro, impulsor, consejero, o mejor compañero, amigo y padre.

1.2 Benito Brito
Benito Daniel Brito Martín

De Benito puedo decir que conocí de él su respeto, su forma organizada de trabajar sus clases y en la secretaría docente del IPUEC Roberto Rodríguez de Tres Atejes. La limpieza y pulcritud de los informes y registros para el control de su actividad, su manera afable y correcta de dirigirse a los demás para resolver un problema, donde la calma y el sosiego siempre han sido factores que lo han caracterizado, sin faltarle esa dosis de carácter que se necesita para discernir los momentos más variados que tienen los procesos y relaciones humanas.

Allí precisamente bajo su control aporté mi ayuda en la secretaría docente al poseer habilidades de mecanografía, así como caligrafía y ortografía que se necesitaba para trabajar en estos documentos.

En los azares de la vida nos volvemos a encontrar pero ahora en la Secundaria Básica Clodomira Acosta Ferrals como compañeros de trabajo, y aunque parezca extraño ahora uno de mis subordinados, al ser yo, su Jefe de grado, del cual él era parte. Esto ocurre después de residir en Santa Lucía por más de veinte años, sitio en el cual establecí relaciones con su prole, al tener lazos familiares con la de mi esposa, donde en este caso su progenitora Irene, caló hondo en la amistad y el cariño que le profesamos, lo mismo a su esposa Sinélida y a sus dos hijas, una de ellas Yanailet, médica de profesión, a quien en ocasiones, sin desatar esta amistad, solicitamos algunas consultas virtuales al necesitar esos consejos médicos oportunos ante la presencia de algunas dolencias que nos aquejan en ocasiones.

Después en la ESBU Conrado Benítez coincide con mi hijo, al cual agradezco su ayuda ofrecida en determinados momentos, desde su experiencia y estrecha amistad. Este pedagogo desde la Educación Laboral y como Secretario Docente, supo dejar bien rectos sus trazos para construir esas huellas en quienes fuimos sus alumnos, donde la exigencia para hacer las cartillas y trazos en Educación Laboral o Base de la Producción Contemporánea, seguro, aún palpitan en el puño de algunos, cuando en líneas imaginarias dejan plasmado un texto para que pueda entenderse, según las normas de aquella otrora materia del conocimiento. Gracias Benny como te llamamos muchos de tus familiares y amigos, que sin haber nacido en Santa Isabel de Las Lajas, ni cantar son, ni mambo, guaracha o chachachá, dejaste una profunda huella en el orden y ejemplo del control de una secretaría docente y un correcto desempeñó profesional como un verdadero bárbaro del ritmo.

1.3 Francisco Vazquez
Francisco Vázquez

Por su parte de Francisco Vázquez, o simplemente Vázquez, fue de quien aprendí nociones de Física y Astronomía, en el IPUEC Roberto Rodríguez, las que puedo recordar, porque lo que bien se aprende no se olvida. Nombres como Faraday, Newton, Fahrenheit, Rudolf Hertz, Copérnico, Galileo Galilei, Powell Hubble y otros, aún recuerdo en aquella gama de contenidos que él sabía impregnarle un sello propio. Persona incapaz de alzar la voz, de ofender, de maltratar.

Me resultaba su presencia familiar al tener relación de parentesco con los Perdomo Vázquez de Potrerillo, también expertos en la física, química y la electrónica, a quienes aprecio de forma especial, personas muy parecidas en cuanto a esa forma de actuar que tenía este querido profesor.

Procedente de Placetas, nunca se fue de este territorio, aquí sentó cátedra y en el IPUEC Beremundo Paz de Neiva, culminó sus años de actividad docente. No importó período especial, falta de transporte, y otros avatares para que llegara al centro. Lo hizo hasta en bicicleta desde su pueblo natal, recorriendo una distancia de casi 40 kilómetros.

Hoy Aramís, Benito y Vázquez, pueden sentirse orgullosos de haber formado a varias generaciones de cabaiguanenses y un poco más allá. En cada uno de los que existe una idea, un conocimiento, un valor, una acción donde ellos tuvieron presentes y son responsables de ello, habrá un agradecimiento eterno por dejar esa impronta positiva que sólo pueden concebir los que llevan en sí los postulados más elementales de las ciencias pedagógicas, la maestría y el don de instruir y educar. Pueden estar convencidos los tres, que otros como yo, coinciden con lo que digo, porque cuando las razones se expresan con pasión, agradecimiento y estima, la verdad siempre se abre camino al andar entre otras actitudes que se propongan empañar lo que la vida misma ha demostrado.

Que la salud los acompañe para lo que reste de vida. Junto a cada familia, amigos y otras personas que formen parte de sus existencias, les deseo que la paz y la armonía, estén con ustedes hasta el último hálito de oxígeno que emane por su cuerpo. Felicidades y un fuerte abrazo.

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