viernes, mayo 17El Sonido de la Comunidad

Luis, el enfermero

En Cabaiguán recordamos al enfermero Luis Félix García Torres, conocido cariñosamente como Luis, el enfermero. Un hombre que siempre brindó sus servicios con mucho amor y dedicación

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Gran parte de los cabaiguanenses conoció de sus eficientes servicios en las instituciones donde laboró este ejemplar enfermero.

Por: Daisy Pilar Martín Ciriano

Ahora que en todo el país se rinde homenaje a los trabajadores de la medicina, en Cabaiguán recordamos al enfermero Luis Félix García Torres, aunque dicho así, resulta menos conocido, pero al pronunciar Luis, el enfermero, nos llega a la mente su figura.

Gran parte de los cabaiguanenses conoció de sus eficientes servicios en las instituciones donde laboró, pero mucho más cuando a finales de su carrera y aún después de jubilado, Luis, acudía a los reclamos que las familias le hacían. Muy de temprano comenzaba su cronometrado recorrido y a paso ligero se trasladaba hasta cada lugar para prestar sus servicios, jeringuilla en mano y con una eficiencia especial aplicaba inyecciones, colocaba sueros o curaba heridas, en menor número. Fue más especializado y buscado para atender a personas que requerían de ciclos de inyecciones y que resultaban difíciles de trasladar por su estado de salud. Este símbolo del sector de la salud, con casi noventa años a cuestas, acumula todo un historial de vida, entregado a su profesión.

Natural de la zona rural de Cayajaca, muy cercana a Cabaiguán, desarrolló sus primeros años de vida. Vivió con su familia en otros lugares como Caballete de Casa, después en el reparto Obrero y otros lugares de Cabaiguán, hasta que contrajo matrimonio y se asentó en la Calle A, donde reside actualmente.

Sus estudios de enfermería los realizó en Santa Clara a mediados de 1950, junto a dos grandes y reconocidos enfermeros de Cabaiguán: José Ramón Vallina Soto y Eduardo Vera, Nené. Posterior a esa fecha, comenzó la práctica laboral en la Casa de Socorros de Cabaiguán. Prestaba su servicio en el departamento de curaciones: inyectaba, curaba lesiones, hacía enjuagatorios, suturas, entre otras actividades del departamento. Allí trabajó hasta 1958 y posteriormente transitó por diferentes instalaciones: hospital en Topes de Collantes, Clínica Obrera, fábrica de tabacos Bauzá y Policlínico I. En este lugar atendió más directamente a la población, dentro del departamento de Curaciones. La labor en este local era intensa y constante. A toda hora se presentaban casos a atender. Incluso, cuando alguno de sus compañeros se ausentaba de los departamentos donde se realizaban electros y se esterilizaba implementos, él alternaba sus funciones y cubría su trabajo.

En este último centro transitó su labor hasta 1990, en que se acogió a la jubilación. Pero aquí no se separó de su quehacer. Cada día realizaba su recorrido para atender a las necesidades de la población. Especializado en aplicar inyecciones y algunas curas, recorría a paso rápido parte del pueblo. Aún se recuerda su figura temprano en la mañana, siempre pulcro y respetuoso para realizar su trabajo. En ocasiones, se levantaba muy temprano para dar cumplimiento a los horarios de los pacientes y favorecer su rehabilitación. Toda esta generación que hoy peina canas, puede de una forma u otra, haber sido su paciente. Desde esta página, se recuerda hoy, a Luis, el enfermero.

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