viernes, abril 19El Sonido de la Comunidad

Precios sin frenos corren por Cabaiguán

Locos, abusivos, especulativos, son los precios  que desde hace meses se han plantado en Cabaiguán que irritan hasta las lágrimas al “más pinto de la paloma”.

En Cabaiguán los precios escapan de los controles normados para los mismos
En Cabaiguán los precios escapan de los controles normados para los mismos

Por: Lillipsy Bello Cancio

Si no fuera por lo dramático que resulta el asunto y la sensibilidad que entraña el tema, sobretodo en estos tiempos de crisis, pudiera parecer risible el meme que una de estas mañanas leí en Facebook: se trataba de una sátira que describía la presencia de una cepa del nuevo coronavirus y que circulaba solo en Cuba, afectaba el cerebro de las personas y las hacía pensar que vivían en Dubai no en esta Isla… de ahí los precios, no digo yo exorbitantes, sino locos, abusivos, especulativos, que desde hace meses corren por aquí.

Y sí, ya sé que muchos vendrán a culpar a otros, a buscar razones en la Tarea Ordenamiento, a justificar que eso pasa porque las entidades reguladoras no juegan su papel… y en todo eso hay mucha lógica y no poca verdad, pero yo quiero partir desde mucho antes, desde la “anti- lógica” de los que establecen los susodichos precios…

Cuando nos pedían diez CUC por un par de hawaianas nos escandalizábamos… ¡y ahora nos piden mil pesos, que eso es como cuatro veces más de lo que costaban antes!; cuando semanas atrás nos decían que una libra de carne de cerdo podía llegar a costar 50 pesos, nos resistíamos a la falta de respeto… ¿quién iba a pensar que llegaría a la astronómica cifra de 120?…

¿Y qué decir de las casas que ahora mismo se cotizan en euros o dólares americanos? ¡Cómo si los de aquí no tuviéramos que seguir multiplicando… solo que ahora por 50, 55 ý hasta 60!… ¿pudo prever el más ilustre de los economistas que un paquete de comino (que por demás no incrementó su precio en el mercado formal y sigue costando 250 pesos) podría llegar a costar mil?… tal pareciera que es esa la cifra mágica: mil… “¡cualquier cosa cuesta hoy mil pesos!”, me dijo aquel amigo, y no me quedó más remedio que aceptarlo.

Tan alarmante resulta la cuestión de los precios que hoy que, sin ningún tipo de pudor, cualquiera se cree con el derecho de meterle la mano en el bolsillo, sacarle la cartera y extorsionarlo con una prepotencia y un nivel de impunidad que, más que molestar, irrita hasta las lágrimas al “más pinto de la paloma”.

A mediados de diciembre de 2020, al dirigirse a la Asamblea Nacional del Poder Popular para ofrecer detalles sobre la Tarea Ordenamiento, Marino Murillo Jorge, Jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, dijo que uno de los efectos indeseados del ajuste sería el aumento de la inflación y los niveles que esta alcanzaría, identificando precisamente allí el problema mayor: la clave sería “cómo controlar un proceso inflacionario indeseado en magnitudes superiores al estimado por la Tarea Ordenamiento”, según sus propias palabras.

A juzgar por algunas señales de la economía doméstica habría que preguntarse entonces: ¿se comporta dicha inflación según lo planificado o se excedió?, ¿qué acciones se previeron para su supuesto control?, ¿qué razones han impedido su implementación?    

Es cierto que un análisis como este no puede resumirse a los precios “descontrolados” de casi todo, pues hay que tomar en cuenta la complejidad de un contexto que por demás experimenta la devaluación, una reforma salarial y la eliminación de subsidios… eso sin contar el profundo desabastecimiento que afecta todos los mercados (el formal y el informal).

Pero… aun cuando todos reconocemos que este país se “desangra” en el enfrentamiento a una pandemia que se ha extendido durante más de un año; a pesar de lo doloroso que ha sido la adopción de algunas decisiones para la máxima dirección del país; independientemente de la urgencia que significaba un cambio necesario y esperado, no somos pocos los que nos preguntamos: ¿era este el momento indicado?, ¿ciertamente era tan impostergable la implementación de un proceso que (no dudemos) ha sido traumático para la mayoría de la gente?… ¿de verdad que no había otra alternativa?

Cuando se analicen los resultados de la primera etapa y se publiquen, cuando se revisen los números de la inflación y sus consecuencias cuando la historia nos pase la cuenta… ¿saldremos ganando?, ¿nos reiremos del virus que nos trastocó el cerebro y nos reasentó a Dubai?, ¿se nos habrá quitado esta sensación de incertidumbre constante?…  o frenaremos los precios locos  que corren por Cabaiguán.  

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