En Cabaiguán son poco más de 250 los beneficiados con las prestaciones que brinda el Sistema de Atención a la Familia
Por: Lillipsy Bello Cancio.
De vulnerabilidades y atención a personas, grupos y familias en situación de desventaja social se ha hablado mucho en la Cuba revolucionaria de todos los tiempos, amén de los cuestionamientos de quienes buscan con insistencia casi obsesiva, las manchas para con ellas intentar ensombrecer la luz.
Pero lo cierto es que en medio de una compleja y muy difícil situación económica, donde casi todo escasea y los precios no permiten el acceso a servicios y productos de primera necesidad, básicos por demás, las máximas autoridades de este país ocupan su tiempo en los programas que protegen a los más desfavorecidos, ejemplo los adscritos al Sistema de Atención a la Familia.
El Primer Ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, durante un reciente análisis con los responsabilizados con las garantías que ofrece un programa que precisa hoy de múltiples y más profundas miradas: unas desde el nivel central, pero otras que no tuvieran que ser desde tan alto, así lo indicaba. “Este es uno de los programas más sensibles que desarrolla la Revolución como parte de su política de justicia social, a ello no renunciaremos jamás por duros que sean los tiempos. Hay que buscar soluciones, alternativas y métodos para seguir ayudando a los más desfavorecidos”.
En Cabaiguán, por ejemplo, son poco más de 250 los beneficiados con este proyecto en cinco unidades gastronómicas del territorio: “El Perla” y el “El Órgano” en la cabecera municipal, “El Paraíso” en Jíquima, “El Caney” en Santa Lucía y “El Modelo” en Guayos.
Recorrerlas y adentrarse en sus particularidades devela no pocas inconsistencias en su funcionamiento: los precios con que las unidades básicas compran los recursos que luego ofrecen a los usuarios (en su mayoría ancianos) son los mismos que los de los restaurantes, la calidad en la elaboración varía en la misma medida que las distancias geográficas y la diversidad de las ofertas tampoco se comporta igual entre ellas.
Según el mandatario cubano, Miguel Díaz- Canel Bermúdez durante el diálogo que sostuviera hace algunas jornadas con la periodista Arleen Rodríguez Derivet, la implementación de la Tarea Ordenamiento, si bien era una necesidad que no podía seguir esperando, ha obligado a la vuelta del tiempo a la adopción de decisiones que contrarresten los efectos negativos de muchas de las consecuencias que significó para la sociedad cubana: esta, sin lugar a dudas, es una de ellas.
Pues desde el primer momento hubo que establecer límites a los precios e indicaciones con respecto al menú, con lo cual se aseguraba la protección a las pensiones de estos beneficiarios, urgidos además de otras prestaciones… lamentablemente no son pocos los asuntos pendientes de una mirada distinta, según la propia Ministra de Comercio Interior Betsy Díaz Velázquez. Al cambio estamos llamados desde hace mucho… materializarlo, estar a la altura, lograr sostenerlo en el tiempo, eh ahí la asignatura pendiente.
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