viernes, mayo 3El Sonido de la Comunidad

Cirito pegada

Cirito se enfrentó a una enfermedad de nacimiento cuando siendo un niño se enfrentó a una cirugía del corazón. Mas, a pesar de esa limitación física, nunca se separó del beisbol, al cual le dedicó con mucha pasión toda su vida

Cirito
Los batazos de Ciro Jiménez Espinosa o “Cirito” como se le conoce popularmente serán siempre recordados en Cabaiguán.

Por: Osbel Ramón Díaz Mondeja

Adquirió el sobrenombre de Cirito pegada por lo duro que le daba a la bola cuando jugaba beisbol. Los batazos de Ciro Jiménez Espinosa o “Cirito” como se le conoce popularmente serán siempre recordados en Cabaiguán. El  terreno del “Miguelón”, en el popular barrio “El rastro”, se convirtió en meca del beisbol por su popularidad, la cantidad de equipos y personas que allí jugaban. De domingo a domingo sonaban bates y guantes, mezclados con los partidos de futbol solo interrumpido por la presencia de algún circo los cuales tenían el mismo escenario.

Se recuerda como jardinero central y miembro del club Excepcional 1 representando a su querido barrio y aquellos “pencazos” cuando bateaba. Quizás la conexión más larga que se recuerde fue la que conectó y sobrevoló la casilla de “Chicho” bien lejos por el jardín central (a más de 400 pies), y como dato adicional el escenario de juego era loma arriba por la cierta inclinación del terreno en contra de los bateadores.

Su mejor swing conectado fue por la vida ya que se sobrepuso a una enfermedad de nacimiento cuando siendo un niño se enfrentó a una cirugía del corazón. A pesar de esa limitación física el beisbol fue su pasión, el cual lo llevó hasta la Escuela de Iniciación Deportiva  (EIDE) como atleta y fue también fundador de las series nacionales de softbol.

Otros detalles poco conocidos de “Cirito es que su abuelo materno fue el popular “Pepe Cacho”, un barcelonés dueño de tienda en la Avenida Libertad y una casa de citas cerca del puente hacia Santa Lucía que se inmortalizó con su nombre (El puente de Pepe Cacho).

Cirito también fue en sus años mozos pistero de la popular bomba de gasolina del servicentro “La Lonja” y sirvió de modelo fotográfico al conocido Barbero “Balito” para un nuevo corte de cabello que lo llevó a las vidrieras de la barbería y hasta un concurso en Las Tunas.

Hoy no juega al beisbol ni la casilla de “Chicho” existe; pero su apodo y conexiones de antaño “sobrevuelan” todavía el recuerdo de muchas generaciones.

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