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La pintura cabaiguanense desde la obra canaria

Entre los artistas de la plástica en Cabaiguán se destacan principalmente dos figuras de origen canario que han tributado sus obras a la localidad: José Antonio Rodríguez López, descendiente y Manuel Lorenzo Hernández, isleño.

Rodríguez López cursó estudios de pintura y escultura en el colegio San Alejandro. A finales de la década de 1960 de trasladó a vivir a Santiago de Cuba. Gracias a las donaciones realizadas por el insigne maestro Oscar Rodríguez López, el Museo Municipal conserva hoy más de 14 obras. En todas las piezas se refleja su apego a la naturaleza y al humanismo, como rasgo característico de su estilo.

El canario Manuel Lorenzo Hernández por su parte, no tuvo la oportunidad de recibir una adecuada preparación académica, sin embargo sus trazos firmes y expresivos muestran todo el reflejo natural que aplicó de forma autodidacta.

De este artista se conocen pocas obras, aunque desde hace muchos años las diferentes generaciones de cabaiguanenses han cruzado miradas con el noble siboney que brotó, precisamente, del pincel de este canario en 1941 y que recibe al visitante a la entrada de la Cafetería- Dulcería “Helados de Paris”, en el mismo centro del poblado.

El Museo Municipal conserva tan solo dos piezas: un autorretrato de 1944 y un pequeño cuadro titulado «Paisaje”, sin fecha. Estas piezas se lograron adquirir a través del amable gesto que tuvo la familia del artista al donarlas en 1987 y desde entonces acompañan las colecciones de los artistas locales. Su conservación se realiza por manos especializadas que investigan con profundidad el estrecho e indisoluble vínculo que existe entre Cuba y las Islas Canarias.

Hoy varios investigadores, miembros de la UNEAC y amantes del patrimonio local, se unen en la preocupación por el estado que presenta la emblemática pieza de Lorenzo Hernández exhibida en la Dulcería, ya que este lugar permanece cerrado, sin funcionamiento.

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