14 julio, 2022 by Oniel Alvarez Alcorta

Una algarabía inusual colmó la avenida Sergio Soto desde la Escuela “Noel Sancho” hasta el cine “Rogelio Rojas” de Cabaiguán: cenicientas, guajiros, cirqueros, bailarinas, personajes de La Edad de Oro… ¡era una fiesta y nosotros los espectadores no entendíamos qué estaba sucediendo!

Por: Lillipsy Bello Cancio

Y es que… aunque estemos acostumbrados a sus sonrisas estridentes y a las estridencias de sus juegos, a pesar de esa luz que nos ilumina siempre, hasta en el más tenebroso de los apagones, independientemente de ese “¡ay, dios mío!” que dejamos escapar cuando vienen con que si hay carnaval en la escuela.

Que si la maestra dice que tengo que disfrazarme de María Silvia, que si “mami, ¿qué se hicieron los globos de mi cumpleaños?”… disfrutamos y nos develamos y llamamos a toda la familia y a los amigos y hasta movilizamos la guardia nacional y la costurera esa de los apuros más inesperados por la única razón de que ellos cumplan.

Cocheros que se dejaron “disfrazar”, choferes que trastocaron su rutina diaria sin protestar, padres que dejaron para después lo de la hornilla rota o el precio de la carne de puerco, mamás que con las ojeras llegándoles a los tobillos maquillaron el cansancio y también asumieron un personaje, maestras y maestros que dejaron escapar alguna que otra lágrima por aquello del orgullo, la satisfacción y hasta el placer de ver a sus pequeños desinhibidos, felices, luminosos…

Hoy Cabaiguán amaneció deslumbrante, desde los límites de la escuela y hasta las inmediaciones del cine no quedó nadie en la casa, en la biblioteca, en el almacén de la esquina o en alguna oficina de esta emisora.

Cuentan los que lo vivieron que hasta en la bodega se detuvo la cola, los de la Casa de Gobierno y el Partido detuvieron las reuniones y en el policlínico se puso pausa a todas las consultas: ¡nadie quería ni podía perderse tamaño espectáculo!

Otra vez se hizo el amor, otra vez comprendimos por qué es una suerte estudiar en una escuela cubana, en una escuela de este pedazo de Cuba, en una escuela como la “Noel Sancho”… contar jóvenes entre las instructoras de arte como ese equipo maravilloso donde predominan las “muchachitas”, pero en el que todos hacen lo suyo cuando de magia se trata.

Fue una ocasión de lujo:¡ni el más famoso de los teatros hubiera podido reunir tanto talento ni provocar tantas emociones lindas! Hoy el amor venció, la familia cabaiguanense fue más feliz, una escuela hizo historia ¿y los niños?… Los niños nos confirmaron que hacía falta un 26, que Fidel vibra en montañas y llanos y que sí: ¡vamos por un verano con todos!