
Foto: Osbel Ramón Díaz Mondeja
Para que se entierre bien en la tierra, el aletón del arado debe estar que brilla, así la reja profundiza más y el surco queda más amplio, de esta manera luego, en el caso del tabaco cuando se riegan las posturas, los campesinos aporcan con manos y pies a las pequeñitas plantas que luego será las frondosas matas y a la larga se convertirán en los deseados habanos de Cuba.