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Manuel Normando Agramonte Sánchez, el diplomático de Cabaiguán

A veces se desconocen y de pronto te aparece frente a ti un héroe. No es diferente a los otros hombres. En Cabaiguán de vez en cuando te llega alguno de ellos, de los cuales nos sentimos orgullosos, mucho más si nació en esta tierra de gente noble.

En el municipio existen muchas familias con el apellido Agramonte, unos blancos, otros mulatos, también negros; pero sin lugar a dudas y con todo respeto a los demás Agramonte, los que nacieron en la calle de los coches, cercanos a la carretera de Santa Lucía se distinguen por su decencia.

Aprendiz de zapatero, estudiante de comercio, luchó en el Frente Norte de Las Villas, militar, acompañante del Che en el Congo y hombre de extraordinaria trayectoria en la diplomacia cubana, sobre todo en África.

De Cabaiguán a La Habana

Un niño, negro y pobre, era dichoso si en los momentos de esa etapa de la vida podía apenas recibir una instrucción básica. En aquellos tiempos no existía espacio para el estudio, la familia era numerosa y se debía encontrar un trabajo para sustentarse honestamente y ayudar a satisfacer las necesidades elementales de la familia, pero Normando tenía sed de conocimiento y se las arregló para seguir aprendiendo en el Instituto de Sancti Spíritus.

Tras el cierre del centro estudiantil por el gobierno de Batista y el peligro que significaba para la vida de Manuel Normando continuar en la ciudad, se decide enviarlo para el Escambray, sin embargo llega al Frente Norte de las Villas

Al huir Fulgencio Batista, Camilo Cienfuegos y su tropa se marchan hacia La Habana, el día dos de enero de 1959, también Normando entra a la ciudad libertad. Al concluir la lucha armada comienza otra historia.

Al Congo con el Che

En la década del 60, conocida como la de las independencias en el Continente Africano, el 15 de agosto de 1960 le fue otorgada la independencia a esa colonia francesa que tomó el nombre de República del Congo y mantuvo con su nombre de Brazzaville a la capital, catalogada de “ciudad de influencia francesa”.

Los ecos de los hechos acaecidos en la República del Congo no pasaron inadvertidos al Gobierno Revolucionario cubano y unido a esto, los dirigentes congoleses también salieron al encuentro de la Cuba revolucionaria, esto se manifiesta con la presencia del Comandante Ernesto Che Guevara y su tropa, para prestar ayuda al gobierno progresista del Congo Brazzaville amenazado de agresión por el régimen del Congo Leopoldville.

Un día localizaron a Normando Agramonte Sánchez, empezaba una historia que daría un giro de 360 grados a su vida, a tal punto de cambiarle hasta su nombre. Nadie conocía quien sería el que comandaría las acciones en la nación africana, solo confirmaron la noticia después de estar en el Congo.

Este esfuerzo no triunfó, en opinión de Manuel Normando Agramonte, quien perteneciera a una de aquellas columnas, lo del Congo tampoco fue derrota, sino un impase.

Rumbo a la diplomacia

En 1966 el cabaiguanense Agramonte Sánchez vuelve a Cuba, donde lo esperaba lo menos que podía imaginar en su vida. El destino parecía un espiral, ahora no llegaba al Congo vestido de camuflaje, sino enfundado en un traje, de cuello y corbata, algo a lo que no estaba acostumbrado el aprendiz de zapatero. Finalizada la misión diplomática, de nuevo viste de verde olivo.

El Ministerio de las Fuerzas Armadas crea la Décima Dirección, Normando se convierte en el segundo del Comandante Raúl Díaz Arguelles.

El 20 de enero de 1973, cuando ya la victoria era inminente en Guinea Bissau, Amílcar Cabral fue asesinado por agentes de las autoridades portuguesas dirigidos por Inocencio Kani.  Cabral fue  uno de los más preclaros líderes fundadores de la nacionalidad africana. Fue secretario general del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde en 1956. El cabaiguanense Manuel Normando Agramonte en medio de esa situación le piden que vaya de embajador a Guinea. De nuevo cambia las chamarretas por la guayabera.

Angola el nuevo escenario

Los últimos meses de Manuel Normando en Guinea Conakry los dedicó a establecer la garantía de que existiese una base organizada a fin de posibilitar la entrada de los combatientes cubanos al territorio angolano, fueron momentos de alta diplomacia, pero el zapatero de Cabaiguán, tenía sobrada experiencia, mucho talento y amplia relación con los revolucionarios del África.

En 1976 se produce una mini cumbre de jefes de estado y otras personalidades en Guinea, el objetivo primordial era el encuentro entre  Agostino Neto y Fidel Castro; Agramonte fue uno de los gestores.

Independientemente del éxito de la Minicumbre a fin de que Neto y Fidel estrecharan lazos, al zapatero no le fue muy bien, Fidel Le dio tremendo regaño, aunque al final se arreglaron las cosas; resulta que Ahmed Sékou Toure, organizó tremendo recibimiento al Comandante, cuando el propio Fidel le pidió discreción a Manuel Normando con respecto a  la visita.

Sin regresar a tierra cubana, se le orienta a Normando Agramonte partir desde Guinea hasta Angola para que se desempeñara como embajador. “Aquel fue un período duro, también de mucho aprendizaje”, comenta Agramonte.

El cabaiguanense es llamado a Cuba, debía entrevistarse con Fidel, las orientaciones tenía que aprenderlas de memoria. Tal vez por no ser absolutos, fue el cabaiguanense Manuel Normando Agramonte el cubano que mejor conoció a Agostino Neto.

Normando también fue embajador en Burkina Faso y por último en la República del Congo. En cada momento desempeñó un correcto trabajo en favor de la diplomacia cubana.

Aún en activo, el cabaiguanense es uno de los diplomáticos más reconocidos del país y a pesar de los años, en  la actualidad se mantiene trabajando como investigador en el Archivo Central del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

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